En este mes de agosto que recién comienza, se cumplen Mil Días de mi entrada por la puerta de LaVisiónRadio, de la mano de mi apreciado amigo Arquimido Carrasquero. Tengo mucho que agradecer tanto a Arquimido como a muchos otros.
Aquel día, ese aprendiz de periodismo empírico cargaba una multitud de incertidumbres, interrogantes y sueños. Conozco bien esa historia porque la escribí en primera persona, en vivo y sin borrador.
Esa oportunidad me permitió descubrir muchas cosas dentro y alrededor de mí, mucho más allá de los estudios, la experiencia profesional, de la red de amigos de toda la vida, de los límites de la especialización. Potencialidades que jamás pensé que podía desarrollar, empezando por conocer una profesión de tan trascendental importancia en la cotidianidad de la vida de cualquier ser humano. Durante más de un año, sin solución de continuidad, pasaron por Conexión mi País — Venezuela personalidades de gran talla de la vida política, económica, cultural y social de mi país. Y continúo en ese programa, pero ahora con dos princesas venezolanas, Andy y Mayerlin, promoviendo los valores culturales de la Venezuela de ayer y de siempre.
En Diálogo Internacional nos hemos paseado por todo el escenario internacional. Hemos analizado cada uno de los seis continentes. Y digo seis porque considero que la Internet y el avance tecnológico conforman ese sexto mundo que nadie ve pero cuya ubicuidad reclama constantemente nuestra atención razonada.
Por esa ruta de los Mil Días me reencontré con un amigo del alma, Eduardo Porcarelli, con quien comparto la producción y la conducción de El Séptimo Laberinto: el camino que va del mundo visible al invisible, de lo terrenal a lo Divino. Es el camino que deben seguir los seres humanos para realizarse.
Nunca imaginé que experimentaría tanto crecimiento personal e intelectual juntos. Ciertamente, no he parado de aprender.
Gracias Victoria por haberme dado la oportunidad de abrazar una nueva carrera que no estaba en mi horizonte. No puedo dejar de mencionar a Oro, persona importante, con singular calidad humana y de quien he recibido un gran apoyo.
Hoy no están todos los que encontré al inicio del Camino de los Mil Días pero los recuerdo a todos muy bien, especialmente a Mi Querida Amiga Alexia, de quien tanto aprendí de radio y periodismo. No puedo dejar de mencionar a personas como Michelle y Jimmy de Conexión mi país – Costa Rica. Pura Vida. Y a mi estimado Rogelio Ríos, todo un maestro.
¿El futuro? Siempre es incierto pero, como dijo Woody Allen, “me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida”.
Desde el inicio hasta el día de hoy y siempre, estaré muy agradecido por el privilegio de contribuir al conocimiento de temas tan trascendentales en este mundo global.
Por eso puedo proclamar, de viva voz, ¡Gracias, LaVisión, por estos vertiginosos Mil Días de privilegio y esfuerzo común!