El Encuentro Mundial de Valores en su XIV edición fue un bálsamo para el alma. Fue un evento reflexivo, emotivo, esperanzador y sobre todo inspirador. Nos permitió a las mujeres valorar lo que somos, invitarnos a luchar por lo que creemos, y apreciar los logros obtenidos por otras mujeres en diferentes áreas de la sociedad.
Fue un derroche de ideas a través de charlas, diálogos inteligentes y talleres con personajes relevantes en la academia e investigación; líderes en sus ámbitos profesionales que compartieron su visión y experiencia.
El tema del Encuentro fue el “poder transformador de la mujer” y si quisiéramos establecer el mensaje central del mismo este sería: sí se pueden construir entornos de paz y generar valor social. Se requiere talento, visión y sororidad.
Mariana Rodríguez, de la oficina de Amar a Nuevo León, dio el banderazo de salida y compartió su preocupación por las condiciones adversas que puede padecer la mujer. Sin embargo, expresó su convicción de poder trabajar para tener espacios de igualdad, respeto y equidad.
Una de las charlas más emotivas fue la de Rosario Marín quien con su sencillez evidenció el talento y visión para llegar a ser en 2001 la primera tesorera mexicana en Estados Unidos y ahora activista por las personas con discapacidad. Rosario dijo frases reflexivas y estremecedoras como “lo importante es cómo traten a quienes amo, no importa cómo me traten a mí, yo me levanto, pero no traten mal a quienes amo”. O cuando se refirió a lo indispensable de contar con el apoyo de su pareja al recordar que le dijo a su esposo: “en esta firma (la que va en los billetes) va a tu nombre -Marín- es tuyo y si se logró esto, fue gracias a tu apoyo”.
Rosario sembró con firmeza la convicción de la resiliencia, sororidad y de poder lograr lo que se propone. “En todos los puestos en los que estuve, me aseguré de dejar a una mujer que me reemplazara” y “deja el mundo mejor de lo que lo encontraste”, al referirse al compromiso con los demás.
El Encuentro también habló de la educación basada en la dignidad, del desarrollo de habilidades socio emocionales, la escuela como centro de la dignidad y la docencia como actividad transformadora. De igual forma, del papel de la mujer en la cultura, en donde la novelista Sofía Segovia señaló que es importante tener narrativas diferentes para que las niñas sepan que pueden soñar con lo que sea y así construir su propia historia.
En formato virtual, María Neira, directora del departamento de Salud Pública y del Ambiente en la Organización Mundial de la Salud, dialogó con la Secretaria de Salud de N.L. Alma Rosa Marroquín, quienes coincidieron en la necesidad de intervenir, como funcionarias públicas, para que existan políticas y acciones de gobierno focalizadas a la salud; como ejemplo citaron la transición a energía renovable, la planificación urbana orientada al peatón y ciudadano y un sistema de producción de alimentos sustentable, “no trabajarlas impacta la salud”, señaló Neira; así mismo, profundizó en la idea de que “nuestra casa es un microcosmos: apagar luz, reciclar, cuidar agua, son acciones que aportan a la agenda ambiental”, expresó.
Fue relevante la participación de los rectores de las universidades de Nuevo León, TEC, UDEM, UANL, y U-ERRE, quienes compartieron las actividades que en cada institución se realizan para empoderar a la mujer y además externaron su compromiso para trabajar por las poblaciones vulnerables.
Otra charla interesante fue la de Lisa Miller, académica especializada en psicología clínica, quien señaló que “nacemos naturalmente espirituales, con una relación hacia un ser superior…la vida espiritual protege contra dependencia o suicidio”. De igual forma, destacó el panel “El poder transformador de las mujeres en la economía” con Emilia Meléndez, María del Sol Rumayor Siller, Blanca Estela Pérez Villalobos y Lourdes Dieck Assad.
También participó Diane Cirincione, psicoterapeuta y autora de diversos libros, con el taller: “Cambia tu actitud, mejora tus relaciones” en donde propuso un método para sanar rencores a través del perdón.
Un momento emotivo fue la participación del coro Rosa de los Vientos e Isabella Rodríguez, quienes interpretaron la canción Sueña en la que 15 niñas portaron carteles con diferentes mensajes para tener un mundo mejor.
Es un orgullo para contar con eventos de esta naturaleza bajo la dirección y visión de Cristina González Parás. Felicidades a ella y a la comunidad de Nuevo León por contar con estas oportunidades que nos permiten construir, en esperanza y compasión, un mundo con igualdad de oportunidades y espacios para todas y todos, enhorabuena.