āSi quieres la paz, prepĆ”rate para la guerraā es una expresión popular en el mundo militar. Es contradictoria pero refleja una parte del debate en Estados Unidos sobre el control de armas.
Aunque la discusión no es nueva entre demócratas y republicanos, y la población en general, el tema se avivó después del tiroteo masivo en Uvalde, Texas, donde un joven mató a 19 menores y dos adultos en una escuela primaria. Salvador Ramos, de 18 años, y autor de la masacre, pudo comprar sin problemas dos rifles tipo AR-15, una popular arma semiautomÔtica; su compra fue completamente legal.
Y es que la legislación estadounidense establece en la Segunda Enmienda de la Constitución, el derecho a los ciudadanos de portar armas; es una de las enmiendas mĆ”s antiguas, data de 1791, y a lo largo de la historia se ha elevado a la categorĆa de derecho individual inalienable, al mismo nivel que la libertad de expresión, de prensa o de religión. Esto ha permitido que sea muy fĆ”cil adquirir un arma. AdemĆ”s, hay flexibilidad en la legislación en los diferentes estados americanos, por ejemplo, en algunos se pide haber cumplido 18 aƱos, en otros, segĆŗn el tipo de armas, 21 aƱos o en lugares como Minnesota o Vermont, la edad permitida es de 16 aƱos. Otros requisitos establecen que el vendedor debe verificar los antecedentes penales del comprador, pero esta norma tambiĆ©n varĆa de un estado a otro.
En lo que va del 2022 en Estados Unidos se han realizado 233 tiroteos masivos, segĆŗn datos registrados por el Archivo de la Violencia Armada, y han fallecido 17 mil 202 personas en este tipo de eventos. Estos actos se asocian con la facilidad de adquirir armas.
Se calcula que en Estados Unidos hay 390 millones en armas. Uno de cada tres estadounidenses reconoce poseer un arma, el 44 por ciento tiene alguna en casa y el 70 por ciento de la población estÔ de acuerdo en regular el tema.
Para muchos tener armas es mostrar libertad y poder. Trump, y muchos piensan como él, siempre ha expresado la necesidad de proteger a los buenos de los malos, de hecho, propuso blindar a las escuelas y armar a los maestros. En esta idea, el congreso de Ohio controlado por republicanos, acaba de aprobar un proyecto de ley que permite que los maestros y otros miembros del personal escolar estén armados en sus escuelas, después de una capacitación de 24 horas en el manejo de armas.
En esta polĆ©mica discusión de vida, el limitar el uso de las armas quizĆ” no acabe con este tipo de violencia en el que, de alguna manera, toda la comunidad es responsable. Las situaciones que se salen de lo convencional de manera extrema requieren intervención y denuncia inmediata para brindar ayuda y prever desenlaces fatales. Hay seƱales de alarma que pueden ser detonantes de problemas mayores, por ejemplo, el incremento en el consumo de drogas, mensajes amenazantes o comportamientos escolares o familiares tóxicos; los especialistas asocian estas condiciones al perfil del tirador quien muestra una patologĆa psicológica peligrosa por cosas que se van acumulando en su vida hasta que llega el momento de explotar.
MosiĆ©s NaĆm seƱala que ālas recientes tecnologĆas permiten a personas (como los asesinos de tiroteos masivos) crear identidades nuevas en las comunidades virtuales que dan validez a sus experiencias y muestran a sus miembros mĆ”s fanĆ”ticos el camino hacia la radicalización⦠pertenecen o se perciben como integrantes de una comunidad con intereses y resentimientos comunes capaz de alimentar las fantasĆas de venganza de sus miembros mĆ”s jóvenes y volĆ”tiles. El resultado es la muerte de personas inocentesā¦la tecnologĆa les permite tener información accesible de otros que piensan como ellos y eso estimula su respuesta resentida y agresivaā.
Desde luego, limitar la venta, tenencia y portación de armas es necesario y urgente, pero serĆa mejor no tenerlas para fines recreativos o de defensa personal. AdemĆ”s de la regulación se requiere trabajar en entornos positivos para evitar la discriminación, la violencia social y el consumo de drogas, entre muchos otros temas asociados a esta problemĆ”tica. Si quieres la paz, fomenta la convivencia.
OjalĆ” el Senado estadounidense llegue a un buen acuerdo.
āEstoy harto de lo que estĆ” ocurriendoā, dijo Biden, y tiene razón.