Una atractiva chica que conozco, conoció a su pareja en una reunión de trabajo, quedó convencida de que él podría ser el marido ideal para ella. Trabajaba en unas oficinas del gobierno y él era director publicitario de una firma importante y extranjera. Descubrieron en primer momento que tenían intereses mutuos y sintieron de inmediato una gran atracción física entre sí.
Después de este encuentro se vieron constantemente y cuatro meses más tarde decidieron formalizar una relación.
Sin embargo, después de estar algunos años juntos después de su primer encuentro, se separaron.
Tanto él como ella, estaban totalmente dedicados a sus respectivas ocupaciones, aunque se querían entrañablemente. Pero él tenía que pasar aproximadamente la mitad del tiempo en convenciones o promoviendo los productos de la compañía. Ella permanecía en casa. Se ocupaba de trabajar más para sentirse ocupada, pero al poco tiempo la soledad y la frustración llegaron a apoderarse de su ánimo. Ni la televisión ni la lectura ni tampoco las llamadas telefónicas y salidas con amigos lograron llenar el vacío creado por la ausencia de su amado.
Cuando él regresaba y el poco tiempo que compartían les parecía tan precioso que no querían desperdiciarlo. Ella le suplicaba que porque no pedía que lo cambien de puesto donde no tenga que viajar… Qué absurdo, le contestaba. No pasó mucho tiempo antes de que surgieran desavenencias entre ellos. Era de esperarse, él le repetía, que perdería entonces la oportunidad de llegar a ser vicepresidente de la compañía. Por su parte, él le pedía que dejara el trabajo para que viajara con él, pero no estaba dispuesta a dejar su trabajo.
Lo peor de todo era que ambos temían que el otro cayera en la tentación de serle infiel durante sus separaciones. Las sospechas, que ninguno de los dos se atrevió a expresar directamente, dieron origen a fuertes altercados, a graves disgustos en la relación. Finalmente llegaron al convencimiento de que la separación era la única alternativa que les quedaba.
El vivir con una pareja que viaja constantemente es un problema común dentro de esta sociedad actual de tanta movilidad.
Cuando una persona se ve privada de la compañía de su cónyuge por razones ajenas a su voluntad, la separación puede parecer tan grave que tal vez le sea imposible confrontar esta situación de manera racional y eficaz. Sin embargo, dice la mayoría de los expertos que las dificultades básicas en situaciones semejantes se deben a motivos sexuales, emocionales e intelectuales.
La frustración sexual puede ser aguda entre la gente joven, particularmente cuando dura más de unos cuantos días. Fuera de casa o dentro de ella hay cosas que le recuerdan constantemente a la mujer la ausencia de su marido. No hay ninguna fórmula mágica para acabar con un estado de frustración semejante. Aunque en cuanto a cuestiones emocionales, recuerda que todo problema resulta más fácil de solucionar si uno no pierde la calma.
Hay cosas que se pueden llevar a cabo para mejorar la relación como, por ejemplo, y como es difícil satisfacer los deseos sexuales durante esos periodos, lo primero que se debe hacer es no pensar en la sexualidad. Todo el mundo ha oído hablar de la “ducha fría” y muchos creerán que no da resultados, pero sí que los da.
Otra técnica muy sana y eficaz para solucionar el problema de la separación de la persona amada es planear el próximo encuentro. Como me considero bastante romántica, yo aconsejaría que se prepare una suculenta cena a la luz de las velas y den rienda suelta a sus deseos y caprichos del amor.
Nunca haga conjeturas sobre la infidelidad de su pareja. No es cierto eso de “corazón que no ve, corazón que no siente”. Con toda seguridad, el que está de viaje se encuentra demasiado ocupado para tener tiempo de andar con otra persona.
El tener confianza en uno mismo solo contribuye a fortalecer el cariño que se le tiene a esa persona amada y viceversa. No te olvides del amor y el deseo sexual que te inspira tu pareja. Comunícaselo cada vez que hables con él. Mientras más fuerte sea ese amor y deseos, más se amarán cuando, al fin vuelvan a reunirse. Ojalá que así sean amigos.