Dieciocho migrantes murieron en un asalto de especial violencia de unos 2.000 subsaharianos que intentaron cruzar desde Marruecos a la ciudad española de Melilla, un episodio que dejó un balance de 322 heridos, de los cuales 189 son agentes marroquíes y españoles y otros 133 emigrantes.
El intento de saltar la valla que separa el país magrebí de la ciudad española en el norte de África comenzó pasadas las seis de la mañana, cuando los migrantes empezaron a aproximarse a la frontera y fueron detenidos por un amplio dispositivo montado por Marruecos.
A pesar de los esfuerzos de los agentes marroquíes, dos horas después un grupo de unos 500 subsaharianos consiguieron llegar a la valla y rompieron con una cizalla una puerta de acceso, tras lo cual comenzaron a entrar a Melilla. Según la Delegación del Gobierno de la ciudad, 133 de ellos lo consiguieron.
Los migrantes asaltaron la valla con una violencia que no se había visto en años, aseguraron a Efe fuentes de seguridad marroquíes, e iban armados con cuchillos artesanales, palos, martillos y piedras. También con ganchos para escalar la valla.
En su avance, incluso arrojaron un tipo de ácido hacia los agentes marroquíes, pero la sustancia no alcanzó a ninguno de ellos, indicaron las mismas fuentes, que ofrecieron un balance de alrededor de 1.000 migrantes detenidos en Marruecos, muchos de ellos de nacionalidad sudanesa.