Estos movimientos han sido aplaudidos hoy por la Unión Europea (UE) y la Unión Africana (UA), que sigue abogando por un diálogo para terminar con el conflicto.
El anuncio del Gobierno etíope de una “tregua humanitaria indefinida” y el compromiso de los rebeldes de Tigré a un “cese de las hostilidades” si llega esa ayuda han reavivado la esperanza de acabar con la guerra que libran desde 2020.
El comunicado de las autoridades federales de Etiopía, con el que aprobaron la entrada de las organizaciones humanitarias en el norte del país, podría terminar con el “bloqueo de facto” que sufre la región desde hace ocho meses, según denunciaron Naciones Unidas y organizaciones humanitarias.
Pero, para “facilitar el éxito de la tregua humanitaria”, el Gobierno también exigió que los rebeldes del Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT) no realicen “actos de agresión” y se retiren “de zonas que han ocupado en territorios vecinos”.
Los insurgentes tigriños aseguraron que, si la asistencia humanitaria entra en Tigré, declarará un alto el fuego.