Moscú afirma desde el pasado martes que está haciendo retiro “parcial” de sus tropas desplegadas en la frontera con Ucrania. Pero los países occidentales consideran que no es así y muestran cautela.
Estos son algunos datos sobre el despliegue militar ruso en la frontera con Ucrania, que ha generado desde hace semanas una gran crisis entre Rusia y los países occidentales y ha multiplicado el miedo de una guerra en Europa oriental.
¿Cuántos y dónde se encuentran?
Moscú había anunciado en diciembre que realizaría maniobras militares terrestres, aéreas y marítimas cerca del territorio ucraniano.
Actualmente, Rusia dispone de fuerzas considerables en su propio territorio y además en Bielorrusia, en la anexada península de Crimea y en el Mar Negro, o sea, sobre las fronteras este, norte y sur con Ucrania. Moscú nunca brindó cifras de sus efectivos desplegados.
Los únicos datos disponibles son los estimados por los países occidentales, basados sobre todo en imágenes satelitales. En los últimos días calculan entre “más de 100.000″ soldados, de acuerdo a la OTAN, y “más de 150.000″, según el presidente estadounidense, Joe Biden.
Rusia también ha enviado material pesado, como tanques, misiles y baterías de defensa antiaérea.
¿Verdadera o falsa retirada?
En los últimos tres días, Moscú ha anunciado reiteradamente el retorno a sus bases de distintas unidades desplegadas.
Este jueves, el ministerio de Defensa divulgó imágenes de camiones militares estibados en un tren que abandonaba Crimea. También anunció la partida de una cantidad indeterminada de blindados apostados en el oeste ruso.
Bielorrusia, aliado de Rusia, afirmó que los efectivos rusos desplegados en el marco de estas maniobras, numerosos, pero no cuantificados, abandonarán el país al finalizar los ejercicios, el 20 de febrero.
Pero tales anuncios son refutados por los occidentales.
¿Qué es necesario para una desescalada?
Un experto militar ruso, Pavel Felgenhauer, no descarta que “estos anuncios de retirada de tropas rusas tengan por objetivo (…) confundir a la OTAN y a Estados Unidos y así crear un efecto sorpresa estratégico”, pero considera más probable un proceso “muy lento” de desescalada.
Para éste, el pasaje de una fase de “preparación hipercombatiente hacia un escenario con perfil más pacífico llevaría más de un mes”.
Occidente, con los estadounidenses a la cabeza, insiste en que una invasión rusa podría concretarse próximamente.
Rusia niega toda intención agresiva hacia Ucrania, exrepública soviética, que Vladimir Putin no quiere que se integre a la OTAN.
Otra señal de una desescalada sería la reactivación de las conversaciones de paz relativas al conflicto en el este ucraniano. No obstante, esta semana, el Parlamento ruso (Duma) instó a Putin a reconocer la independencia de los separatistas prorrusos que combaten contra las fuerzas ucranianas desde 2014, algo inquietante para los occidentales.