Las principales atracciones turísticas de Beijing estaban casi desiertas y la actividad en los restaurantes estaba casi paralizada, debido a las restricciones anticovid que han confinado a millones de personas en el país, pese al fin de semana largo en China.
La dura política “cero covid” que mantiene China y que ha logrado mantener contenida la propagación del virus, está a prueba en las últimas semanas por un brote de contagios sin precedentes debido a la variante ómicron.
Millones de personas en todo el país, especialmente en la capital económica del país Shanghái, están obligadas a permanecer en sus casas desde hace semanas por un confinamiento que amenaza el crecimiento de la economía y la confianza de los empresarios en la segunda mayor economía del mundo.
En esta ola de la pandemia, China ha registrado 300 casos y las autoridades anunciaron una serie de restricciones hasta el 4 de mayo, incluyendo la prohibición de comer dentro de los restaurantes para frenar los contagios.
Estas medidas frenaron a actividad en un fin de semana largo que habitualmente es uno de los más ajetreados para la industria.