Este manto de arena subsahariana se ha extendido durante este martes y el miércoles aún llegará más: alcanzará incluso a Galicia y Asturias, tras penetrar con la máxima densidad por la franja costera que va desde Granada a Barcelona.
La zona centro y amplias extensiones del interior peninsular de España se han despertado este martes bajo cielos encapotados y amarillentos y bajo una notable capa de arena del desierto, depositada durante la noche en todo tipo de superficies.
La causa es la fuerte cantidad de polvo en suspensión que transporta la borrasca Celia, formada al suroeste de la Península y que ya dejó paisajes teñidos de rojizo en todo el litoral del sureste peninsular.
La borrasca Celia se encuentra este martes ya frente a las costas de Marruecos, desde donde “seguirá impulsando vientos del sureste hacia la Península, que pueden ser intensos en amplias zonas y también en Baleares, así como en el litoral mediterráneo peninsular, donde habrá temporal marítimo, y en el Cantábrico oriental”, avanza el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo.