El Kremlin mantiene un gran secretismo en torno a ellas; se dice que estudiaron en Alemania, pero el líder ruso lo niega; los contactos con la elite rusa; se menciona a una de ellas como una eventual heredera política.
Tras la masacre de Bucha, los países de Occidente analizan una nueva serie de sanciones contra Rusia y evalúan incluir a las dos hijas del presidente Vladimir Putin. La medida busca sumar presión contra el Kremlin mientras se agrava la guerra en Ucrania.
Y es que este miércoles, Estados Unidos apuntó a las dos descendientes conocidas del mandatario: Maria Vladimirovna Vorontsova, de 36 años, y Katerina Vladimirovna Tikhonova, de 35.
“Creemos que muchos de los activos de Putin están ocultos con miembros de la familia, y es por eso que apuntamos contra ellos”, dijo un funcionario estadounidense.
Y es que, durante sus más de 20 años en el poder, el mandatario ruso ha sido del tipo de líderes que ha mantenido a sus seres querido fuera del ojo público.
En 2015, durante una de sus maratonianas conferencias de prensa, reconoció que el tema familiar era un asunto demasiado privado para él.
“Mis hijas viven en Rusia y estudiaron solo en Rusia, estoy orgulloso de ellas. Hablan tres idiomas extranjeros con fluidez. Nunca hablo de mi familia con nadie”, explicó.
“Toda persona tiene derecho a su destino, vive su propia vida y lo hace con dignidad”, agregó.
La hija mayor, Maria Vorontsova, nació en 1985. Estudió biología en la Universidad de San Petersburgo y medicina en la Universidad Estatal de Moscú.
Vorontsova ahora es académica y se especializa en el sistema endocrino. Es coautora de un libro sobre el retraso en el crecimiento de los niños y figura como investigadora en el Centro de Investigación de Endocrinología de Moscú.
En comparación con su hermana, Katerina Tikhonova ha estado mucho más a la vista del público, sobre todo debido a su talento como bailarina de rock n’ roll.
De hecho, quedó en quinto lugar en un evento internacional en el 2013.
Ese mismo año, se casó con Kirill Shamalov, hijo de un viejo amigo de Putin.
Su boda se celebró en una exclusiva estación de esquí cerca de San Petersburgo. Los empleados de la fiesta contaron que la pareja llegó en un trineo tirado por tres caballos blancos.