El líder del Kremlin, Vladimir Putin, había confirmado que cortará el suministro de energía a quienes impongan ese tipo de límite.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propuso este miércoles que los estados miembros acuerden un precio máximo a las importaciones de gas ruso, como parte de las medidas para castigar a Moscú por la invasión de Ucrania. “El objetivo aquí es muy claro. Debemos recortar los ingresos de Rusia que (el líder ruso Vladimir) Putin utiliza para financiar esta guerra atroz contra Ucrania”, dijo a periodistas el presidente de la Comisión Europea.
Asimismo, Von der Leyen, lanzó una propuesta para limitar los beneficios de empresas de energía nuclear y renovable, ante los precios exorbitantes de la electricidad a raíz del conflicto entre Ucrania y Rusia. “Las fuentes de energía bajas en carbono están registrando ingresos inesperados, que no reflejan sus costos de producción”, dijo la funcionaria, quien añadió que “ha llegado el momento de que los consumidores se beneficien” de los bajos costos de la energía de ese origen.
Previamente el presidente ruso, Vladimr Putin, ya había amenazado con no suministrar ni gas, ni petróleo, ni carbón en “detrimento” de sus intereses tras las propuestas del G7 y de la Unión Europea de poner un tope a los precios del crudo y gas rusos. “Existen compromisos establecidos en los contratos de suministro. Y si se toma algún tipo de medida política que contradiga los contratos, simplemente no los cumpliremos”, dijo Putin en el VII Foro Económico Oriental en Vladivostok, capital del lejano oriente ruso.
El jefe del Kremlin recalcó que Rusia no suministrará “absolutamente nada si esto contradice nuestros intereses, en este caso económicos, no suministraremos ni gas, ni petróleo, ni carbón”. Por su parte, la Comisión, brazo ejecutivo de la Unión Europea (UE), también propuso un paquete de “asistencia macro financiera” a Ucrania por un valor de 4.900 millones de dólares en ayuda financiera a Ucrania. Esta es la última entrega de un paquete de rescate prometido de nueve mil millones de dólares acordado por los líderes de la Unión Europea (UE) en mayo.