Boris Johnson ha declarado en una entrevista que ni las elecciones parciales en Inglaterra ni las acusaciones sobre el posible nepotismo para favorecer a su esposa lo harán declinar de su puesto.
Según señaló a la BBC desde Kigali (Ruanda), donde asiste a la cumbre de la Commonwealth, Johnson ha asegurado que acepta “humildemente” las críticas tras la derrota del jueves en sendas elecciones parciales en Inglaterra, pero matizó que debe “distinguir entre las que importan y las que no”.
Ante quienes le imploran un cambio de actitud, avisa de que no es posible que experimente una “transformación psicológica”. Y la lección que saca del desplome en la urnas es, dice, que debe “centrarse en seguir gobernando”.
EL PROBLEMA ES OTRO
Tras la pérdida el jueves de los dos escaños en Wakefield y Tiverton & Honiton -zonas partidarias del Brexit, que él abanderó-, uno de los dos presidentes del Partido Conservador, Oliver Dowden, dimitió al considerar que “alguien debe asumir la responsabilidad”.
Johnson, por su parte, rechazó hoy dejar el cargo que ocupa desde el 24 de julio de 2019, al considerar que no es su comportamiento lo que provoca el retroceso en las urnas.
“La conclusión a la que llego es que los votantes están profundamente hartos de oír que se hable de mí y de las cosas que supuestamente he hecho mal”, dijo a la BBC.
“Lo que quieren escuchar es lo que estamos haciendo por ellos”, agregó, para enumerar unos planes sobre los que en la práctica el electorado también se ha pronunciado.
Johnson rehusó hacer comentarios sobre la noticia de que uno de sus ayudantes tanteó a la organización benéfica de los duques de Cambridge para que diera trabajo a su esposa, Carrie -a la que presuntamente también intentó colocar en la cumbre del clima COP26 del pasado noviembre en Escocia-.