Una parte de los sindicatos franceses, liderados por la Confederación General del Trabajo (CGT), organizan este martes una huelga “intersectorial” para reclamar subidas salariales, lo que extiende las protestas que se vienen prolongando desde finales de septiembre en varias refinerías.
Más allá de la energía, con muchas gasolineras sin carburante, los paros, que van acompañados de alrededor de 140 manifestaciones por todo el país, se van a dejar sentir también en el transporte público, la educación o la sanidad.
En el transporte por ferrocarril, los mayores problemas van a estar en los trenes de cercanías de París y en los regionales, ya que entre estos últimos solo circulan la mitad, según las previsiones de la compañía estatal SNCF.
Frente a eso, en los servicios de largo recorrido el impacto va a ser mucho menor, sobre todo en los trenes de alta velocidad (TGV), que en su mayor parte funcionan casi normalmente.