Para poder gobernar, el exalcalde de Lisboa, de 60 años, tendrá que practicar un difícil ejercicio de equilibrista para lograr apoyos en el parlamento.
En el poder desde 2015, el primer ministro socialista de Portugal, Antonio Costa, ganó claramente las elecciones legislativas anticipadas, caracterizadas por un avance de la extrema derecha, lo que no descarta del todo el espectro de la inestabilidad política.
Abandonado en octubre por sus exaliados de la izquierda radical, lo que provocó la convocatoria de esta elección, Costa se arriesga, como en las anteriores legislativas de 2019, a no lograr la mayoría absoluta.
Según las proyecciones publicadas a la salida de las urnas por tres televisiones nacionales, el Partido socialista (PS) va en primer lugar con entre el 37 y el 42,5% de los votos y entre 100 y 118 diputados de un total de 230. Podría mejorar entonces su resultado de 2019 (36,3% y 108 diputados).