Es uno de los principales ingresos del grupo terrorista libanés. Sus planes actuales y cómo busca introducir el narcótico en Estados Unidos.
Una nueva droga de diseño altamente adictiva puede financiar a las operaciones de las redes de desestabilización de Irán, dañar a una generación global de jóvenes, aprovechando la oportunidad del Mundial de Qatar para potenciarse, expandirse globalmente y llegar vía América Latina a Estados Unidos y todo el Hemisferio Occidental.
Así, la alianza chiita ha encontrado una herramienta y arma silenciosa para socavar la sociedad joven de las ricas monarquías sunitas del Golfo con el Captagon, una droga adictiva de moda en Medio Oriente, que ya tuvo incautaciones en Francia, Italia y por la que han sido utilizados envíos desde Argentina para procurar su introducción.
El Captagon es la droga de Hezbollah producida en el Valle de Bekaa al sur del Líbano para distribuir a milicianos que permanecen varios días en alerta en el frente de batalla de Siria, que posteriormente se diseminó a jóvenes del mundo árabe, que tienen difícil acceso al consumo de alcohol y otras drogas. Se trata de un opiáceo al que se le denomina “droga del sueño”.
Es elaborada por el grupo terrorista y es consumida por una gran cantidad de combatientes en Siria, porque permite estar despierto por varios días y vale muy poco dinero. Hezbollah, además la introdujo entre los jóvenes de Arabia Saudita y el Golfo, ya que una botella de whisky -producto ilícito contrabandeado vale 800 dólares- es demasiado cara comparada con una dosis o píldora de Captagon que oscila entre medio dólar en Siria a 10 o 15 en el Golfo.
La difusión del Captagon se hará en Qatar por dealers en Arabia Saudita y en Emiratos para “ponerlo de moda, como se hizo con el crack, fentanilo o paco en otros lados, porque es barato y adictivo”, advierte unanalista. Entre esos otros países podría encontrarse público de América Latina. Estos últimos días, salió publicado en el L´Orient del Líbano -uno de los principales periódicos de Beirut– un nuevo secuestro de un millón de pastillas de Captagon, que se suman a otro millón incautado hace poco.
Faltan menos de dos meses para el Mundial de Qatar. Para muchos, es el momento para prever y tomar medidas que prevengan las fatalidades de la pandemia del fentanilo, con cientos de miles y de todo el hemisferio occidental que se tornen adictos al Captagon.