Los pequeños y silenciosos microdrones son muy útiles para la vigilancia y exploración urbana, que toma mayor relevancia en la nueva fase de la contraofensiva ucraniana.
El primer ministro británico, Boris Johnson, viajó este miércoles a Kiev para mostrar el respaldo del Gobierno del Reino Unido a los ucranianos en su celebración de independencia, y anunció la entrega a Ucrania de un paquete adicional de 2.000 drones y misiles de seguimiento valorado en 54 millones de libras (64 millones de dólares). Esa ayuda “permitirá a Ucrania rastrear y fijar objetivos entre las fuerzas invasoras rusas con mayor efectividad”, detalló en un comunicado el despacho oficial del jefe del Ejecutivo británico.
El gobierno británico confirmó que el envío incluye 850 unidades de los microdrones Black Hornet, “diseñados específicamente para su uso en ciudades y pueblos, y se despliegan para detectar a las fuerzas enemigas que se acercan”. Según destacaron, un soldado puede aprender a maniobrar el dispositivo en menos de 20 minutos y cada drone transmite vídeo e imágenes fijas en directo para que las fuerzas sobre el terreno puedan defender las zonas urbanas con seguridad. El aparato, que a primera vista parece un helicóptero de juguete para niños, ya fue utilizado por las fuerzas británicas durante la invasión de Afganistán. La ventaja es que su pequeño motor es silencioso y puede entrar por ventanas sin ser detectado para que sus tres cámaras emitan las imágenes en alta definición tras líneas enemigas.
Los drones, desarrollados desde 2007, miden unos 16 × 2,5 centímetros y pesan apenas 18 gramos, con baterías incluidas. La velocidad máxima es de 20 kilómetros por hora, con una autonomía de hasta 25 minutos. Además, solo transmite las imágenes y no las almacena, por lo que si es capturado, no revela ningún dato útil de inteligencia.
Su rol puede ser vital en la nueva fase de la guerra en Ucrania, que busca recuperar ciudades que permanecen en manos de los rusos, y para ello es clave el reconocimiento de inteligencia a corta distancia y exploración urbana sin alertar a las fuerzas invasoras. Desde que comenzó la invasión rusa, Johnson ha comprometido envíos por 2.300 millones de libras (2.800 millones de dólares) de ayuda militar a Ucrania, incluyendo vehículos blindados y misiles antitanque. También, ha enviado apoyo económico, garantizando millones en préstamos del Banco Mundial para el país.