Alemania tomó medidas de urgencia para asegurar su suministro de energía ante las recientes reducciones en las entregas de gas ruso, lo que implicará recurrir más al carbón, una medida “amarga” pero necesaria.
“Para reducir el consumo de gas, se tiene que usar menos gas para producir electricidad. En su lugar, se deberán utilizar más las centrales de carbón”, declaró el ministerio de Economía en un comunicado.
El gobierno reacciona a los anuncios de esta semana del gigante ruso Gazprom sobre la reducción de entregas de gas, a través del gasoducto Nord Stream, en el contexto de la guerra en Ucrania y el pulso energético entre los países occidentales y Moscú.
Este medida es un giro de 180 grados para el gobierno de coalición alemán, que incluye a los ecologistas y que prometió abandonar el uso de carbón antes de 2030.
“Es amargo, pero es indispensable para reducir el consumo de gas”, declaró el ministro de Economía, el ecologista Robert Habeck, en un comunicado.
Una ley en esta dirección será adoptada de aquí a principios de verano, añadió.
En este marco, el gobierno permitirá el uso de centrales de carbón llamadas “de reserva”, ya que actualmente sólo servían en último recurso.
El ministro aseguró, no obstante, que esta medida de recurrir al carbón era “provisional”, ante la “agravación” de la situación del mercado gasístico.
Gazprom redujo la semana pasada sus entregas a través del Nord Stream un 40%, y luego un 33%, alegando un problema técnico.