La fábrica de Abbott Nutrition en Michigan ha vuelto a sus funcionamientos después de permanecer cerrada desde Febrero. La producción se detuvo debido a una contaminación en sus productos, lo cual provocó que se agudice la crisis de abastecimiento en el país.
La contaminación fue detectada por la FDA (Administración de Drogas y Alimentos) que se encontraba realizando una investigación a sus productos. El reporte de 4 bebés con infecciones bacterianas se ligo con su consumo de los productos. La empresa afirmó que no existía tal relación, sobre todo por las diferentes cepas de los casos presentados. Sin embargo, al revisar la plana de procesamiento, la FDA encontró varias violaciones de sanidad. En su inspección se encontraron un techo con goteras, protocolos de seguridad poco estrictos y, finalmente, la contaminación bacteriana.
La empresa ya había intentado reanudar su productividad en junio. Sin embargo, la fábrica tuvo que volver a cerrar en a causa de los daños provocados por las severas tormentas eléctricas e inundaciones. El objetivo de la de Abbott es volver a producir en gran cantidad su producto Similac. Esta fórmula fue una de los productos afectados en el cierre de febrero. La escasez de este producto se agudizo a causa de las interrupciones en la cadena de suministros. Los más afectados por la carencia de este producto han sido las familias con niños con alergias, problemas digestivos y trastornos metabólicos.
Debido a la escasez, el gobierno estuvo aplicando medidas de urgencia como la importancia de fórmula desde Europa. Esta medida incluye facilidades para poder importar formula desde el extranjero. El objetivo es poder sobrellevar la escasez y prevenir una futura.