Durante el fin de semana, cientos de vuelos fueron cancelados y miles tuvieron que ser retrasados. Según el portal FlightAware, unos 657 vuelos fueron cancelados el sábado y 944 el domingo. En el caso de los retrasos unos 7,267 se vieron afectados el primer día y otros 7,626 el segundo.
El problema relacionado con la escasez de personal, las fuertes tormentas de verano y los altos precios de combustible fueron los responsables. Según los datos, el aeropuerto de O’Hare en Chicago fue el más caótico el domingo. En esta terminal se retrasaron cerca de 455 vuelos y se cancelaron el 12% del total.
El Servicio Meteorológico Nacional había pronosticado fuertes lluvias y tormentas eléctricas el domingo en Chicago. Esto derivó en retrasos de llegada de hasta 45 minutos. Otros grandes aeropuertos afectados fueron el Liberty de Newark y LaGuardia de Nueva York.
La aerolínea que más sufrió de problemas fue SouthWest, con el 40% de los retrasos del domingo, le sigue American Airlines con 36%. Los legisladores y el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, han estado coordinando medidas que van desde la regulación de los reembolsos, hasta multas para las aerolíneas que cancelen vuelos.