Kim Potter, la exagente de policía de raza blanca que mató a balazos a Daunte Wright, un hombre negro de Minneapolis, tras, según dijo, confundir su pistola con un taser eléctrico, fue condenada este viernes a dos años de cárcel pese a que la Fiscalía pedía siete años.
Potter fue declarada culpable en diciembre de homicidio en primer y segundo grado por la muerte el 11 de abril de Wright, de 20 años.
Wright murió después de que los agentes del municipio de Brooklyn Center lo detuvieran por tener las placas de matrícula caducadas y un ambientador colgando del espejo retrovisor. El incidente, que se produjo durante el juicio al expolicía de Minneapolis Derek Chauvin (también blanco) por el asesinato de George Floyd (también negro), provocó varios días de manifestaciones ante la estación policial.
Las pruebas en el juicio de Potter mostraron que los agentes se enteraron de que tenía una orden de arresto pendiente por un cargo de posesión de armas y trataron de detenerlo cuando se apartó. El video mostró que Potter gritó varias veces que iba a electrocutar a Wright, pero tenía su pistola en la mano y le disparó un tiro en el pecho en vez de usar su arma eléctrica.
Los fiscales argumentaron inicialmente que los factores agravantes justificaban una sentencia superior a lo pautado en las leyes. Dijeron que Potter abusó de su autoridad como agente y que sus acciones causaron un peligro mayor de lo normal para los demás.
Potter ha estado en la prisión estatal de mujeres de Shakopee desde el veredicto de culpabilidad.
La jueza del condado de Hennepin, Regina Chu, ordenó que Potter cumpla dos tercios de su condena entre rejas (16 meses) y un tercio de la misma en libertad supervisada (6 meses). Ya ha cumplido 58 días en prisión, que le serán descontados.
Según la jueza, la exagente, que dimitió tras el incidente, no abusó de su poder. Chu dijo que Potter merecía una sentencia menor que la de 86 meses solicitada por los fiscales porque la exagente estaba tratando de usar su pistola eléctrica y no su arma. Señaló que “Kimberly Potter no representa un peligro en el futuro”.
Antes de que se leyera la sentencia, la madre de Daunte, Katie Bryant, pidió a la jueza que Potter fuera encarcelada. “Nunca podré perdonarte lo que nos arrebataste”, condenó. “El 11 de abril fue el peor día de mi vida. Una policía, cuya función es protegernos, mató a mi hijito de un solo disparo… Ella le falló a Daunte, a mi familia y a nuestra comunidad”, lamentó.
Su padre, Arbuey Wright, dijo: “estaba tan orgulloso de ser su padre. Era mi razón para ser mejor”, y lamentó que su hijo no podrá “forjar recuerdos con su hijo, Daunte junior”. “[Potter] fue policía más tiempo de lo que vivió mi hijo”, sentenció.
Por su parte, Potter se dirigió a la familia y lamentó “profundamente haber causado la muerte de Daunte”.”Lamento profundamente haberles causado tanto daño. Mi corazón está destrozado”, dijo entre lágrimas.