Un juez ordenó a la alcaldía de Nueva York que readmita en sus puestos laborales a más de 3,000 empleados municipales. El fallo del juez Ralph Porzio indica que el despedido a los trabajadores por negarse a vacunarse contra el COVID-19 fue una medida “arbitraria y caprichosa”.
La sentencia establece que la orden emitida por el Directorio de Salud sobre la obligación de la inoculación supone una infracción de la separación de poderes. El estado de Nueva York impuso la medida el 1 de noviembre para todos los empleados de la Alcaldía y del sector privado. Este plazo se extendió hasta el 13 de febrero debido a que varios empleados se negaban a la inoculación por cuestiones religiosas o personales.
Debido al carácter de vigencia inmediata, los trabajadores deben ser restituidos en sus puestos. Además, el fallo ordena que se les abone todos los salarios atrasados desde el momento del despido. Entre los afectados habían policías, profesores y personal sanitario. Entre todos, representan menos del 1% de la fuerza laboral de la ciudad, la cual emplea a 370,000 personas.