La crisis migratoria que genera en América el éxodo de venezolanos, lejos de acabarse, experimenta un movimiento en Sudamérica por cambio de gobiernos, y se agudiza en Estados Unidos debido a la ilusión de un posible ablandamiento de las sanciones de la Administración de Joe Biden al gabinete de Nicolás Maduro.
Según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela, coliderada por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), hasta el 8 de febrero de 2022 unos 6.041.690 venezolanos habían dejado su país.
De estos, 4.992.215 estaban en América Latina y el Caribe, principalmente distribuidos en Colombia (1,8 millones), Perú (1,3 millones), Ecuador (508.900) y Chile (448.100).
En América Latina, los inmigrantes venezolanos quedaron indefensos porque no tuvieron acceso a los beneficios que otorgaron los diferentes gobiernos a sus nacionales para paliar la crisis del coronavirus.
Una de las razones del movimiento en la migración es, en el caso de Sudamérica, la expectativa por el curso que tomará la situación de los venezolanos tras el cambio de timón en los gobiernos de Perú y Chile.