La guerra en Ucrania está sacudiendo a Europa y provocando millones de desplazados. Los rusos también están abandonando sus hogares en gran número, huyendo del régimen de Vladimir Putin. Algunos no se quedan en Europa y se van más lejos. Miles de personas han llegado a México y a su frontera norte con Estados Unidos.
Es difícil saber con exactitud cuántos rusos hay en México, y mucho menos cuántos tienen la intención de ir a Estados Unidos. En la frontera, los observadores vieron llegar a los primeros rusos ya el verano pasado, y el fenómeno ha aumentado de forma espectacular.
México está muy lejos de Rusia y Europa. Los rusos que llegan a México huyen de su país. Son opositores a la política de Putin, periodistas o empresarios, y quieren pedir protección. Como todos los demás migrantes que pasan por Tijuana, esperan cruzar al lado estadounidense para solicitar asilo.
A diferencia de otras nacionalidades en la frontera, los rusos suelen pertenecer a las clases sociales altas, por lo que tienen más dinero. No utilizan refugios, sino que se alojan en hoteles. Algunos incluso compran o alquilan coches en México para tener más posibilidades de cruzar y llegar a suelo estadounidense.
A pesar de las protestas de una treintena de personas la semana pasada en el paso fronterizo de San Ysidro, los rusos están siendo tratados exactamente igual que los dos millones de migrantes, ya sean mexicanos, centroamericanos o haitianos, que han sido devueltos por las autoridades estadounidenses este último año.