El índice anual de la inflación en Estados Unidos bajó, en parte gracias a la caída de los precios de gas y la energía. El índice de precios al consumidor global del mes quedó en cero, este fue balanceado con los costos de alimentos, combustibles y otro productos.
En junio los precios de los surtidores superaron los $5 por galón, a la par que la guerra en Ucrania sacudía los mercados energéticos. Para alivio de los consumidores, el precio de la gasolina, gasóleo y otros cayeron constantemente en julio.
De esta manera, el índice de la gasolina cayó un 7,7% en julio, y el de la energía un 4,6%. Además, las tarifas aéreas bajaron por segundo mes consecutivo, al igual que el precio de los automóviles usados. No obstante, frente a la caída de los precios de la energía, los alimentos se encarecieron un 1,1%.
La baja de la tasa de inflación da un respiro a un mercado al que muchos expertos señalan como una recesión técnica. Para esta afirmación se basan en los dos trimestres de caídas del Producto Interior Bruto (PIB). No obstante, el gobierno no cree en este diagnóstico al afirmar que la economía del país es lo suficientemente sólida para recuperarse.