Megan Hess, de 45 años, operaba una funeraria en Montrose, Colorado donde estuvo vendiendo partes humanas hasta 2018. Se le acusó de negociar con institutos y centro de investigación con cuerpos que se entregaba para embalsamar o cremar.
La ex dueña enfrenta una condena de 20 años luego de haber operado 8 años en esta actividad ilegal. La acusación se sostiene en base a que los familiares de los difuntos no fueron comunicados sobre la venta de partes de los cadáveres. Según los reportes, algunos familiares autorizaron la venta debido a temas científicos y estudios médicos. No obstante Hess habría utilizado más de lo que se le concedió como permiso. Así mismo, habría entregado cenizas de otras personas a varios clientes.
La audiencia de cambio de declaración esta fijada para el 12 de julio, pero ya se ha adelantado que la acusada se va declarar culpable de fraude fiscal.