La Casa Blanca dio a conocer este miércoles su nueva estrategia para la siguiente fase de la pandemia, con medidas para convivir con el coronavirus y minimizar los riesgos de una enfermedad que no va a desparecer sino a convertirse en endémica como la gripe.
El nuevo plan tiene cuatro objetivos principales: la protección y el tratamiento contra el COVID-19; la preparación ante nuevas variantes; evitar los cierres de escuelas y negocios y el envío de vacunas en el extranjero.
En su discurso sobre el Estado de la Nación ante el Congreso, el martes por la noche, el presidente, Joe Biden, esbozó un enfoque de “pruebas y tratamiento”, que busca agilizar la atención médica, con fármacos como el Paxlovid, permitiendo a los farmacéuticos emitir recetas en el acto para las personas que den positivo.
Además, el mandatario amplió el martes el reembolso del 100% del coste de la respuesta de emergencia del COVID-19 a los estados, las tribus y los territorios, una señal de que su Administración ve una necesidad continua de recursos federales, incluso cuando las cifras de infección disminuyen en todo el país. Muchos estados han utilizado los fondos para aumentar la capacidad de pruebas.
Otro objetivo es reforzar la vigilancia de la recogida de datos del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), dijo un funcionario de la Casa Blanca. También se ha debatido la posibilidad de crear un papel más permanente para gestionar la preparación para la pandemia a largo plazo, según dos personas familiarizadas con el plan.
El nuevo plan de Biden incluirá una importante cantidad de dinero para hacer frente a los casos largos de COVID-19, así como al duelo de los niños que han perdido a sus padres por el virus y viceversa.
La estrategia también busca la colaboración de la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo y otros organismos para establecer mejores requisitos de ventilación en todos los edificios, incluidas las oficinas y las escuelas, con vistas a un regreso seguro al trabajo.
Estados Unidos está pasando a una nueva fase de la pandemia y muchos ciudadanos desean volver a la vida normal. Sin embargo, con una tasa de vacunación del 63 %, los expertos sanitarios afirman que el COVID-19 ha llegado para quedarse.