Los legisladores de California habían aprobado un programa piloto para el uso supervisado de drogas ilegales. Sin embargo, el proyecto no pasará su estatus de piloto ya que el gobernador Gavin Newsom lo vetó por los riesgos que podían generar a la salud de los residentes.
Newsom alegó su preocupación sobre “consecuencias no-intencionales” de permitir un número indefinido de locales para el consumo supervisado. Inclusive, algunos miembros de su partido vieron la ley como una forma de fomentar el consumo de drogas.
El programa esta previsto para ser implementado por cinco años en Los Ángeles, San Francisco y Oakland. La ley establecía la creación de establecimientos que proporcionaban jeringas descartables y medicina para contrarrestar sobredosis. No obstante, la ley no contaba con un plan de combate contra el abuso de drogas.
“Es posible que estos establecimientos ayudaran a mejorar la seguridad y la salud en nuestras áreas urbanas. Pero si se hace sin un plan fuerte de base, pueden resultar contraproducentes. Estas consecuencias no-intencionales en ciudades como Los Ángeles, San Francisco u Oakland no pueden tomarse a la ligera. No podemos correr el riesgo de que empeore la situación del consumo de drogas en estas áreas”
Gobernador de California Gavin Newsom
La ley se venia debatiendo desde el 2016, los demócratas más progresistas aseguraban que así se podrían salvar vidas. El consumo de drogas duras en Los Ángeles, San Francisco y Oakland ha contribuido a la escalada de la violencia y los delitos en estas ciudades.