El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha reiterado este viernes que las sanciones estadounidenses a Rusia se mantendrán mientras el país “no cambie su rumbo”, aunque ha asegurado que la intención no es que se apliquen “de manera perpetua”.
“Hay un enorme impacto inmediato y un impacto que va a crecer con el tiempo mientras esto continúe. Por supuesto, el propósito de las sanciones no es tenerlas de manera perpetua. El propósito es cambiar su conducta (la de Rusia)”, ha asegurado Blinken.
No obstante, el secretario de Estado estadounidense ha remarcado que las sanciones en sí mismas y los efectos en la economía rusa “no tienen precedentes”, subrayando, en especial, los controles a la exportación para “negar a Rusia” la tecnología que necesita para modernizar industrias críticas como la aeroespacial, la exploración energética o el sector de la defensa.
Aún así, Blinken ha detallado que las sanciones tomarán un tiempo en surtir tal efecto para que el Kremlin reevalúe y calcule sus intereses y vea que “no les conviene lo que están haciendo”.