Este jueves se cumple un año desde que Joe Biden asumió el cargo de 46° presidente de Estados Unidos, el 20 de enero de 2021. El candidato logró ser elegido gracias al voto de 81 millones de ciudadanos, más que todos los presidentes que lo precedieron. En su discurso inaugural, enfatizó que deseaba liderar un nuevo comienzo y “actuar rápida y vigorosamente”, porque “hay mucho que reparar, mucho que restaurar, mucho que sanar”.
Biden, además, iniciaba su mandato con la férrea idea de unir a un país claramente polarizado. Las diferencias durante el proceso electoral fueron evidentes después que los simpatizantes de Donald Trump dejaran imágenes para el recuerdo asaltando el Capitolio, siendo este un símbolo nacional de la democracia.
Sin embargo, después de 365 días, Estados Unidos lidia con el alza de la inflación, el desborde de la pandemia y el cada vez menor respaldo hacia el presidente según las encuestas.
Según Virginia Sapiro, profesora emérita de Ciencias Políticas en la Universidad de Boston, la pérdida de respaldo no se debe solo a errores políticos. Biden asumió el cargo en tiempos particularmente problemáticos, estima. “Posiblemente debió enfrentar los momentos más difíciles para un presidente desde Rooselvelt, que tomó el mando en medio de una profunda depresión económica”.
La mala situación económica del país, la pandemia y un Partido Republicano que aboga por el fraude electoral suman para generar lo que Sapiro llama “un enorme montón de escombros que deben limpiarse antes de poder hacer algo”. Otra razón que podría explicar el decreciente apoyo a Biden es que muchos republicanos moderados votaron por él porque no querían apoyar a Trump. Pero ellos siguen siendo conservadores.
Evidentemente, no todo ha sido malo en este primer año. Ya en marzo logró un paquete de ayuda COVID-19 por $ 1,9 billones. La idea es brindar apoyo financiero a familias particularmente afectadas por la pandemia. A esta aprobación le siguió otra victoria a fin de año, al lograr el respaldo de los republicanos para un plan de infraestructura por 1,2 billones de dólares.
Sin embargo, en medio sucedió lo que, para muchos, es el mayor error de Biden: la retirada de las tropas de Estados Unidos de Afganistán. Como consecuencia, los talibanes tomaron el control del país raudamente y, con ello, la imposición de un enorme retroceso en materia de derechos humanos, especialmente en lo concerniente a los derechos de las mujeres.
Seth G. Jones, vicepresidente del Center for Strategic and International Studies, critica la falta de preparación en la salida de las tropas. “Tanto la forma como el fondo hicieron ver a Estados Unidos como torpe, incompetente y, en definitiva, débil”, estima. El daño a la imagen del país es devastador, dice Jones. Muchas naciones se preguntan ahora si Estados Unidos es realmente un socio confiable.
Hasta el momento, Biden tampoco ha podido cumplir su promesa de unir al país. Las encuestas muestran que, para el 40 % de la población, él no es el presidente legítimo del país. Una vez más, la división de la sociedad estadounidense asomándose.
El mandatario apenas ha podido mover su agenda legislativa, a menudo torpedeada por los republicanos. Entre sus mayores derrotas se encuentra la ley “Build Back Better”, un polémico plan de inversión para el cuidado de niños, la educación y la protección del clima, que contenía varias de sus promesas de campaña. Sus esfuerzos también fallaron en reforma de la Policía, pues ponerse de acuerdo sobre la inmunidad de los agentes fue imposible.
Entre los desafíos que debe afrontar en política exterior, se encuentra la acumulación de fuerzas de China en el Pacífico, la inestabilidad en Medio Oriente y la posible invasión rusa a tierras ucranianas. Para recuperar su credibilidad, el gobierno debería “mostrar coraje y tomar medidas serias contra Rusia, China o Irán”, dice Seth G. Jones. Hasta ahora “se habla mucho y se actúa poco”.
A nivel interno, este año también es decisivo. Biden podría perder su escuálida mayoría en el Senado tras las elecciones intermedias de noviembre. Esto haría más difícil para el mandatario sacar adelante los paquetes de medidas que sigue teniendo en carpeta: posiblemente busque aprobar una versión reducida de la ley “Build Back Better” y una reforma electoral.
Otra pregunta que está en el aire es si Biden se volverá a postular al cargo. Lo más probable es que no, eso es un secreto a voces en Washington D.C., dice Bret Stephens.