La alcaldesa de Acapulco dijo que los movimientos obedecen a una lucha y mientras no se tenga una solución al tema de los 43 ellos van a seguir luchando.
Luego de los hechos de violencia ocurridos este viernes en la caseta de cobro de la Autopista del Sol en Palo Blanco, el cual dejó varios policías de la Guardia Nacional heridos, la alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, afirmó que los estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa no son unos delincuentes y sus movimientos responden a un dolor de una lucha que han llevado por el esclarecimiento de los 43 desaparecidos. Dijo que se debe de buscar un punto neutral, porque a nadie le conviene que estemos cuidando las casetas con elementos de seguridad pública, cuando la delincuencia está en todo su nivel, y está totalmente desatada.
En entrevista, luego de haber encabezado el acto cívico por el 105 aniversario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el zócalo de la ciudad, al cual nuevamente no convocaron a los medios de comunicación, la primera edil señaló que el tema de los jóvenes es un proceso que traen en el sentido de un dolor por la búsqueda de los 43 desaparecidos, un tema en el que todos debemos de estar solidarizados en que al final del día la verdad se sepa, porque es lo que hace que se genere los movimientos.
“Yo creo que también en parte debe de haber constante diálogo con los jóvenes, porque cuando uno no ha vivido el dolor, lo piensa de manera diferente, pero cuando se trae un dolor, sólo lo vive el que lo trae, y debemos de ser empáticos para poder escucharlos, yo creo que el diálogo no se debe de romper porque esto genera a veces vació y a donde te lleva esto a momentos álgidos, son movimientos no son delincuentes, hay una causa hay un dolor, creo que no nos puede desviar el fondo principal de la verdadera delincuencia a ellos hay que escucharlos por encima de que nos griten”, expresó.
Ante los medios de comunicación, la presidenta manifestó que el tema de la caseta, a veces no gusta el actuar de los movimientos, pero de alguna manera ellos ya se organizaron y ahora a los gobiernos les toca escucharlos y buscar cómo resuelven las demandas que traen, y agregó que en la libertad de expresión todo tipo de movimiento cabe en un país libre, lo que no cabe es cuando ya se genera un delito.