Cientos de migrantes haitianos y venezolanos, principalmente, fueron desalojados este martes de un antiguo campamento en la ciudad de Matamoros, fronteriza con Texas, por autoridades municipales, estatales y federales tras saber que se había retomado la actividad en el lugar.
Ante la unilateral reapertura por parte de los migrantes, autoridades acudieron para cerrarlo de nueva cuenta y, de esta manera, impedir su funcionar.
En 2018, en una zona del río Bravo, en Matamoros, se instaló un asentamiento irregular donde miles de migrantes centroamericanos y de otros países vivieron bajo tiendas de campaña, sin servicios básicos, situación que provocó irregularidades por lo que los gobiernos quieren evitar un resurgimiento.
Funcionarios del Instituto Nacional de Migración (INM) de México y agentes de la Secretaría de Marina, Guardia Nacional, Policía Estatal, entre otras instancias, intervinieron para pedir a los extranjeros que desalojaran el sitio donde ya realizaban actividades como lavar su ropa y descansar.