Previamente habían realizado marchas para exigir que no retrasen el proceso de regularización y no encontraron respuesta.
Migrantes irrumpieron y causaron destrozos en las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) en Tapachula, Chiapas, para exigir que sean atendidos sus procesos de regularización y no los retrasen más. Además, denunciaron que uno de los migrantes fue agredido adentro de las instalaciones del INM. Entre el intercambio de pedradas resultaron lesionados migrantes y elementos federales, pero aún no se sabe aún el número de personas heridas.
Las oficinas del Instituto Nacional de Migración tuvieron que quedar bajo el resguardo de la Guardia nacional y policías estatales. Cabe resaltar que esta es la cuarta vez que se enfrentan elementos del INM y la Guardia Nacional con migrantes de diferentes nacionalidades. En el enfrentamiento participaron alrededor de 200 migrantes de diferentes nacionalidades y alrededor de unos 50 elementos federales.
Desde muy temprano los migrantes realizaron movilizaciones, decidieron marchar desde el parque Bicentenario hacia las oficinas de regularización migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM) al sur de la ciudad para pedir que los atendieran y les otorguen sus visas por razones humanitarias. Al respecto, Ignacio Rocha, embajador de los Derechos Humanos, afirmó que las protestas se harán día y noche hasta que la delegada de Migración, Paola López Rodas, u otra persona les atienda y les otorguen documentos para que ya no estén varados en la ciudad.
“Todas las personas que están marchando no se quieren quedar en México, solo quieren sus documentos o que les sellen sus pasaportes para seguir avanzando a los Estado Unidos”, indicó. El activista de nacionalidad española, pero con residencia en los Estados Unidos, aseguró que las movilizaciones se realizan por culpa de la delegada del INM que no quiere resolver la crisis migratoria que se vive en la frontera sur. Señaló que les pide los pasaportes a los migrantes y los ilusionan diciéndoles que los atenderán, para que al final del día salgan con las manos vacías, cansados, con hambre y frustrados por no conseguir su visa humanitaria.