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Los taurinos continuarán luchando para que las corridas, novilladas y otras expresiones de la tauromaquia vuelvan a reactivarse lo más pronto posible.
La Plaza de Toros México informó que el Juzgado Primero de Distrito en materia administrativa de la CDMX ordenó la suspensión indefinidamente de las corridas y novilladas. “Sobre la resolución del juzgado mediante la cual ordena la suspensión definitiva de los espectáculos taurinos, la empresa diferirá la celebración de las corridas y novilladas programadas”, dio a conocer la empresa en sus redes sociales.
Este viernes se decretó como definitiva la suspensión dictada como provisional, el pasado 27 de mayo, por Jonathan Bass, Juez Primero de Distrito en Materia Administrativa, como parte de un amparo promovido por la asociación civil Justicia Justa para toda actividad taurina en la Monumental de Insurgentes.
No obstante, los abogados del coso continuarán luchando para que las corridas, novilladas y otras expresiones de la tauromaquia vuelvan a reactivarse lo más pronto posible en dicho escenario, de acuerdo a lo que se desprende de un boletín oficial emitido por la empresa que en la actualidad tiene a su cargo la administración del inmueble.
La magistrada Rosa Iliana Noriega Pérez presentó un proyecto para que la “fiesta brava” continuara en la plaza más grande del mundo, pero el plan recibió dos votos en contra. Noriega Pérez fundamentó que la suspensión provisional podría abrir las puertas para que cualquier persona se pare al Poder Judicial a solicitar el freno a la matanza de los animales que se utilizan para consumo humano ya que de igual manera existe un maltrato animal. Los magistrados que votaron porque se mantuviera la suspensión provisional fueron Rosa González y Silvestre Valdés, quienes coincidieron que los toros son animales sintientes.
Asimismo, se informa que La México sí celebrará los eventos no taurinos que han sido anunciados, en virtud que no son materia del juicio de amparo. La empresa reitera el llamado por el bien de una sociedad que, más allá de verse dividida, exige vivir con la certeza de poder ejercer las libertades a las que tiene derecho.
