Un juez federal liberó a 12 de 30 marinos que permanecían en la Prisión Militar Número Uno, en la Ciudad de México.
Un juez federal liberó a 12 de 30 marinos que permanecían en la Prisión Militar Número Uno, en la Ciudad de México, al considerar que no hay pruebas de su participación en el delito de desaparición forzada de personas en agravio de Noé Ignacio Alférez Hernández y de Jonathan Ballesteros Loza, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, tal y como fue denunciado en la Fiscalía General de la República (FGR).
La Fiscalía imputó a los marinos porque uno de los denunciantes aseguró que entre el 17 y 18 de febrero de 2018, “desaparecieron a las víctimas”, a la una de la mañana. El juez de amparo mencionó que todo lo dicho “fue por referencia de terceros”, que “no presenciaron ni les consta que elementos de las Fuerzas Armadas, como lo es la Marina, hayan sido quienes privaron la de libertad a las víctimas para desaparecerlas”. Además consideró que el Ministerio Público debió aclarar ese dato al tener los medios legales a su alcance, “y no basarse en conjeturas ante el padrón vehícular existente en la Secretaría de Marina en Nuevo Laredo”.
El juez de control que vinculó a proceso a los marinos, consideró que tanto el chofer y su acompañante fueron “extraídos” del vehículo y subidos a una camioneta Ram negra, tomando como base una denuncia de una persona, quien aseguró que “al escuchar detonaciones y un impacto”, salió de su domicilio y vio el vehículo Malibú en el cual se encontraban dos personas, “así como otras personas vestidas de marinos y militares, dos vehículos grises, dos verdes y una camioneta RAM negra, quienes le dijeron se metiera a su domicilio por estaban trabajando”.
La madre de uno de los desaparecidos dijo a la FGR que publicó el hecho en la red social de Facebook, donde una mujer comentó que ella vio cuando “elementos de la Marina habían subido a su hijo y a otra persona en una camioneta particular negra junto a los vehículos oficiales de la Marina”. La madre fue a buscar a su hijo en los cuarteles de la Marina, percatándose que en el localizado en la colonia Viveros cerca de la Cruz Roja Mexicana, había una camioneta negra con dos puertas, con vidrios polarizados y tumbaburros. Mientras que la esposa de una de las víctimas, también manifestó que recibió una llamada telefónica donde le informaron que los marinos se habían llevado a su esposo.