Una precaria situación económica, la pandemia de Covid-19 en alza, altos índices de pobreza y corrupción, más el narcotráfico que salpicó al presidente saliente, Juan Orlando Hernández, son algunos de los desafíos para la mandataria electa de Honduras, Xiomara Castro, que asumirá este jueves.
Según diversas fuentes, la crisis económica se agudizó con la pandemia, que desde marzo de 2020 se comenzó a expandir.
La crisis sanitaria no solo ha dejado unos 10.500 muertos y 388.000 contagios, también llevó a la quiebra o cierre temporal a micros, pequeñas, medianas y grandes empresas, lo que derivó en que unas 500.000 personas se quedaran sin empleo, según fuentes del sector.
El país además sufrió en noviembre de 2020 severos daños a su infraestructura y economía por las tormentas tropicales Eta e Iota.
Según analistas, antes de la pandemia la pobreza afectaba a más del 60 % de los 9,5 millones de hondureños, pero luego de dos años y el daño que causaron Eta e Iota, la cifra de pobres supera el 70 %.
Para organismos como el Foro Social de Deuda Externa de Honduras (Fosdeh), la débil economía no ha colapsado por las remesas que cada año envían más de un millón de inmigrantes hondureños que viven en el exterior, principalmente en Estados Unidos.
Al respecto, según el Banco Central, Honduras recibió en 2021 unos 7.500 millones de dólares en remesas familiares enviadas por los inmigrantes, cifra que ronda el 25 % del producto interno bruto.