En el registro civil del barrio de Providencia, en Santiago de Chile, al menos dos parejas contrajeron matrimonio entre vítores de decenas de espectadores y representantes de algunas plataformas afines y activistas gays y lesbianas.
Las chilenas Consuelo Morales y Pabla Heuser se conocieron hace 18 años y han pasado la mayor parte de su relación sin la esperanza de formalizar su matrimonio.
Este jueves, su deseo se hizo realidad cuando ellas y otras dos parejas del mismo sexo celebraron las primeras dos bodas LGTBI+ de la historia de Chile.
Tienen una hija en común y viven juntas desde que iban a la universidad, pero “la homofobia y la ley chilena” no les había permitido hasta ahora ni casarse ni reconocer su familia, explicaron a EFE.
“Desde que nos conocimos hace casi 20 años nos imaginábamos poder tener una familia juntas. Pero siempre había sido un sueño inalcanzable. Ahora ya es realidad”, celebró emocionada Morales desde su casa, horas antes de la ceremonia.
“MUCHOS AÑOS ESPERANDO”
Tampoco olvidarán esta fecha Javier Silva y Jaime Nazar, dos profesionales de 38 y 39 años que llevan en una relación desde el año 2015.
“Nunca pensamos que esto fuera a suceder, son muchos años esperando”, manifestó a EFE Silva, que lleva varios días preparando los trajes, los vestidos de sus hijos -de 1 año y de cuatro meses-, y abrillantando los anillos.
Lo mismo piensa Nazar, que se quedó “especialmente sorprendido” cuando el pasado 8 de diciembre se aprobó la ley de matrimonio igualitario “durante un gobierno conservador”, puntualizó.
El proyecto de ley que permite las nupcias entre parejas del mismo sexo se presentó en 2017 durante el segundo mandato de la socialista Michelle Bachelet (2014-2018), pero permaneció cuatro años estancado en el Parlamento.
Se aprobó el año pasado cuando, en un giro sorpresivo de acontecimientos, el presidente derechista Sebastián Piñera dijo que había “llegado el tiempo” de aprobarlo e instruyó a que se debatiera con urgencia.
En menos seis meses, y pese a las reticencias de los más conservadores, el Parlamento aprobó la iniciativa y Chile se convirtió en el octavo país de Latinoamérica en contemplar este derecho después de Costa Rica, Ecuador, Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay y varios estados de México.