De los veinticuatro países que lo firmaron, solo doce lo han ratificado: Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Vicente y las Granadinas, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y Uruguay.
Autoridades y defensores ambientales hicieron un llamamiento a los gobiernos de la región a unirse con “urgencia” al Acuerdo de Escazú, el primer gran pacto medioambiental de Latinoamérica y pionero en el mundo en la protección de los ecologistas.
Un año después de su entrada en vigor, los Estados miembros celebran hasta el viernes en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en Santiago de Chile, la primera reunión de la Conferencia de las Partes (COP1) del pacto, cuyo nombre técnico es Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe.
“Chile participa en esta COP1 de Escazú como observador y anfitrión. Espero que pronto nos convirtamos en Estado parte. Hoy, en esta sala, se hace vivo el multilateralismo, la confianza, la colaboración que tanta falta le hace al mundo”, dijo el presidente de Chile, Gabriel Boric.