Horas antes de ser extraditado, Hernández reiteró que es inocente de las acusaciones que le han venido imputando autoridades de EE.UU. y narcotraficantes que enfrentan juicio en ese país.
El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández, quien fue extraditado a EE.UU. para ser enjuiciado por tres cargos asociados al narcotráfico, también operó su país como un “narcoestado” y usó sobornos que recibió de narcotraficantes como “El Chapo” para cometer fraude electoral en las dos elecciones a las que concurrió.
Así lo indicó en Washington unas horas después de que Hernández despegara desde Tegucigalpa rumbo a Nueva York para ser juzgado allí, el Departamento de Justicia estadounidense, que publicó la acusación completa contra el expresidente, sobre los tres cargos que podrían desembocar en una pena máxima de cadena perpetua.
FISCAL AFIRMA QUE OPERÓ SU PAÍS COMO “NARCOESTADO”
“Hernández abusó de su posición como presidente de Honduras entre 2014 y 2022 para operar el país como un narcoestado”, afirmó el fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, en una rueda de prensa.
Según la acusación, Hernández formó parte de una conspiración que desde 2004 transportó más de 500 toneladas de cocaína hacia EE.UU. a través de Honduras, procedente de Colombia, Venezuela y otros países, y como parte de esa conspiración recibió “millones de dólares de múltiples organizaciones narcotraficantes en Honduras, México y otros lugares”.
El expresidente fue capturado el 15 de febrero en su residencia en Tegucigalpa, un día después de que EE.UU. solicitó su arresto provisional con fines de extradición.
La acusación añade que “Hernández usó esos beneficios del narcotráfico para enriquecerse, financiar sus campañas políticas y cometer fraude electoral, incluido en relación con las elecciones presidenciales de 2013 y 2017”.
DEL PODER A JUICIO EN EE.UU. POR NARCOTRÁFICO
“Hernández ordenó entonces a sus aliados en la conspiración que viajaran a varias partes de Honduras para sobornar a funcionarios para que manipularan votos para que él se convirtiera en presidente”, aseguró en la rueda de prensa el fiscal del distrito sur de Nueva York, Damian Williams.
El exmandatario, quien el 27 de enero concluyó su segundo mandato en la Presidencia de Honduras, permaneció recluido en una unidad especial de la Policía Nacional, desde el 15 de febrero hasta hoy.
A raíz de sus tratos con narcotraficantes, “corrompió las instituciones legítimas de Honduras, incluidas partes de la Policía Nacional hondureña, las Fuerzas Armadas y el Congreso Nacional”, y convirtió su país en “uno de los mayores puntos de envío de cocaína a EE.UU. en el mundo”, señala el documento difundido en Washington.
Williams alegó que, durante una reunión, Hernández declaró que quería “llenar de drogas las narices de los gringos”, y que también aceptó sobornos de narcotraficantes y “compró votos” para obtener la reelección en los polémicos comicios de 2017.