El pasado 25 de marzo, tras casi un año y medio de intensas negociaciones, el acuerdo entre el FMI y Argentina quedó finalmente sellado con el aval del Directorio Ejecutivo del ente financiero, el último fleco que quedaba pendiente.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) propuso este miércoles que el programa acordado en marzo con Argentina sea “calibrado” para reflejar los cambios en la economía global, entre ellos los efectos de la guerra en Ucrania y la altísima inflación.
En una rueda de prensa virtual en el marco de la asamblea de primavera del Fondo que se celebra esta semana, la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, indicó que algunos de estos cambios serán positivos porque Argentina es un país exportador de materias primas y estas se han revalorizado con la guerra.
“El gran riesgo es la inflación, que está subiendo también por factores externos”, apuntó Georgieva, por lo que aseguró que uno de los focos principales será rebajar la inflación a un punto en el que los argentinos puedan tener confianza en la seguridad de sus ahorros y en la estabilidad de su divisa.