Una jornada violenta vivió Ecuador este martes tras una andanada de atentados que han dejado al menos cinco policías muertos, explosiones en tres ciudades, tiroteos en algunas calles y un caos por el traslado de presos de una cárcel de máxima seguridad a otra donde sus pares no los quieren.
El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, incluso declaró el estado de excepción por 45 días en las provincias de Guayas y Esmeraldas, donde también se aplicará un toque de queda desde las nueve de la noche.
Los “actos de sabotaje y terrorismo” son, “por así decirlo, una declaratoria de guerra abierta contra el Estado de derecho, el Gobierno” y los ciudadanos, dijo Lasso al declarar la medida excepcional.
Además, ordenó a las fuerzas del orden “actuar con dureza, dentro del marco de la ley” contra “la narcodelincuencia” que intenta generar acciones de terror al verse, según el mandatario, acosada por la acción del Estado contra el crimen.
“No les tenemos miedo”, desafió el mandatario que también reiteró en su propósito de “ordenar las cárceles” para intentar solucionar la crisis penitenciaria que aqueja a esos centros desde hace dos años.