Conviviendo con insectos y ratas en las celdas, durmiendo sobre colchones invadidos de chinches y defecando en un orificio en el suelo en el mismo espacio que se bañan son parte de las denuncias expuestas durante una audiencia pública organizada por la CIDH, como parte de la supervisión de 10 medidas cautelares otorgadas a 60 nicaragüenses, de los cuales 44 permanecen privadas de libertad por motivos políticos.
Durante la audiencia pública, de la que se ausentó el Estado de Nicaragua, las organizaciones solicitantes, entre ellas Centro por la Justicia y el Derecho internacional (Cejil), expusieron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) un sinnúmero de violaciones de derechos humanos que sufren en Nicaragua los “presos políticos” beneficiados con medidas cautelares.
Entre otros mencionaron que son víctimas por parte de guardias y parapoliciales de golpes, torturas físicas y psicológicas, así como de aislamiento e incomunicación.
Además, que están recluidos en celdas sin acceso permanente al agua potable, y otros duermen en el suelo porque fueron ubicados en galeras sin suficientes camas, lo que les ha causado insomnio, depresión y pérdidas de peso.
“Las personas beneficiarias continúan en situaciones de insalubridad e inhumanidad, que constituyen en sí mismas tratos crueles, humillantes y degradantes”, expuso la abogada Georgina Ruiz, del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).