Los hipopótamos que en 1984 llegaron ilegalmente a Colombia para el zoológico que el narcotraficante Pablo Escobar armó en su hacienda en el centro del país se han reproducido sin control y son un “preocupante” problema ambiental para las autoridades y habitantes de la zona.
En el apogeo de su imperio criminal, Escobar construyó un zoológico en su Hacienda Nápoles, de casi 3.000 hectáreas, ubicada en Puerto Triunfo, en el departamento de Antioquia.
Hasta ese lugar llevó animales exóticos de todas partes del mundo que lo convirtieron en toda una sensación por lo extravagante de la propiedad sobre cuyo portón de entrada mandó instalar una avioneta que simbolizaba el medio de transporte de sus envíos de cocaína a EE.UU.
Tras su muerte en 1993, y con el fin de su cartel de las drogas, los animales del zoológico de Escobar quedaron sin control en un entorno que no era el suyo y encontraron en las planicies del Magdalena Medio un nuevo hogar al que rápidamente se acostumbraron por las condiciones favorables del terreno, regado por las aguas del río Magdalena, el principal de Colombia.