Su intención de “reformular” esta posición, hasta ahora relegada a funciones institucionales acotadas o de acompañamiento del mandatario, ha despertado grandes expectativas sobre cuál será su rol durante el mandato de su pareja, el izquierdista Gabriel Boric.
Hillary Clinton en Estados Unidos, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina y Xiomara Castro en Honduras son algunas de las primeras damas de América que se involucraron en política, un club al que esta semana se sumará la chilena Irina Karamanos, la primera activista feminista en el cargo.
Licenciada en Antropología y Ciencias de la Educación en la Universidad de Heidelberg (Alemania), Karamanos explicó en enero que su intención era “adaptar el cargo a los tiempos, darle un giro más contemporáneo y despersonalizarlo, cambiando la relación entre el poder y las mujeres que hacen política”.
Para ello, se centrará en temas como “la juventud trans” o “la infancia migrante”, según anticipó la futura primera dama de Chile, que también ha estudiado artes visuales, gestión cultural, derechos lingüísticos y formación ciudadana.
“Resulta muy interesante y novedoso que un puesto con tanto significado en la región quiera ser reivindicado para que la mujer tenga otro valor más allá del acompañante o ‘pareja de'”, señaló a EFE Carolina Barry, académica argentina de la Universidad Nacional Tres de Febrero y experta en primeras damas.