El presidente de Chile, Gabriel Boric, recibió este lunes un proyecto de constitución elaborado en medio de una crisis política que será plebiscitado en setiembre.
“Tenemos que sentirnos orgullosos que en el momento de crisis más profunda (…) que ha vivido nuestra patria en décadas, los chilenos y chilenas optamos por más democracia y no por menos”, dijo Boric tras recibir el texto rectado por una Convención Nacional Constituyente.
El mandatario firmó inmediatamente un decreto que convoca a plebiscitarlo con voto obligatorio el 4 de septiembre.
Chile inicia así el tramo final de su proceso constitucional en medio de un clima de miedo e incertidumbre explotado por defensores y detractores que ahora, con la versión final del texto en la calle, tendrán que reenfocar el debate de cara al plebiscito del 4 de septiembre.
“Independientemente del resultado del plebiscito, Chile ya cambió”, dijo antes del inicio de la ceremonia el vicepresidente de la Convención Constitucional, Gaspar Domínguez.
Gran parte de los convencionales de derecha -que fueron minoría- calificaron el proceso constitucional de “fracaso” y “oportunidad perdida” y harán campaña por el rechazo a cambiar la Constitución de 1980, escrita por un puñado de hombres a puerta cerrada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).