Las 45 dotaciones de bomberos que llevan a cabo las tareas de rescate ya suman más de 35 horas de trabajo por las malas condiciones.
El deslave de este lunes en el estado de Paraná, al sur de Brasil, ya dejó dos muertos y al menos 30 desaparecidos. El hecho arrastró una veintena de vehículos y camiones que circulaban por la carretera BR 367 donde, a su vez, se registran intensas lluvias desde hace varios días. La vía se mantiene cerrada en ambos sentidos, bloqueada por gran cantidad de tierra, vegetación y escombros.
Las condiciones climáticas desfavorables han complicado las tareas de rescate de las 45 dotaciones de bomberos que trabajan en las zonas afectadas desde hace más de 35 horas. El último informe dio cuenta de seis sobrevivientes hallados, además de los fallecidos. “Hay 54 bomberos trabajando de forma ininterrumpida desde hace más de 35 horas”, informó en un comunicado la Secretaría de Seguridad de Paraná el miércoles por la tarde, y comentó que se sumó el apoyo de un equipo táctico especializado para las labores de búsqueda durante la noche.
Los bomberos utilizan remolques, perros rastreadores y drones equipados con cámaras termográficas para localizar a las víctimas . Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por encontrar y asistir a todos los afectados, las tareas se ven desafiadas por la previsión de nuevas lluvias para las próximas horas, lo que aumenta las chances de que ocurran nuevos deslizamientos.
Asimismo, los bomberos comprobaron puntos de rotura “por los que empezaron a salir grandes cantidades de agua”, lo que aumenta la preocupación. “La situación en la zona, que ya es peligrosa, probablemente empeorará en los próximos días si las condiciones continúan”, agregó el comandante de Bomberos de Paraná, Manoel Vasco.
Dado que el suceso se dio en una zona urbana, es difícil establecer un número preciso de desaparecidos ya que, como afirmó Vasco, “en cada vehículo pueden ir de una a cinco personas. Nuestra hipótesis es que podría haber entre 30 y 50 desaparecidos”. Entre las víctimas del deslave se encuentra el alcalde de Guaratuba, la localidad más cercana a la vía afectada por el derrumbe, en el litoral sur de Paraná. “Fue horrible, la montaña se nos cayó encima y se llevó todos los carros. Solo estamos vivos por la gracia de Dios”, dijo Roberto Justus.