La campaña por la segunda vuelta de la elección presidencial entre Jair Bolsonaro y Lula da Silva se ha tornado en un camino agresivo. Las campañas de desprestigio entre ambos candidatos se ha vuelto la principal herramienta de las dos campañas que disputan voto a voto.
Durante su presentación en Belo Horizonte, en el estado de Minas Gerais, el candidato Luiz Inácio Lula da Silva aseguró que asistiría a dos debates “junto a un genocida”. De esta manera hacía referencia al actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Además, volvió a acusarle de canibalismo tras las declaraciones del mandatario a un medio estadounidense en 2016.
Por su parte, Bolsonaro respondió acusando a su competidor de “mentiroso, corrupto, ladrón y sin carácter”, y añadiendo que “Lula ha superado incluso a Al Capone”. El tema del canibalismo ha resurgido luego que un influencer satanista asegurase que apoyaba a Lula. Inmediatamente las redes bolsonaristas rebotaron el video acusando al expresidente de participar en esta práctica.
En ambos casos el Tribunal Superior Electoral (TSE) solicitó el retiro de ambos materiales audiovisuales como parte de las campañas. Sin embargo, las acusaciones han continuado, el Partido de los Trabajadores afirma que Bolsonaro es masón tras su visita a una logia en 2018. Por su parte, el jefe de estado sigue impulsando Lulaflix, un especie de Netflix en donde se habla solamente de la corrupción de Lula y su partido.