El descontento popular por los históricos precios de los combustibles y la devaluación de la moneda en Costa Rica ejercen presión sobre el joven Gobierno del presidente Rodrigo Chaves, quien ha anunciado algunas medidas que la oposición considera insuficientes.
Los precios de los combustibles en Costa Rica se encuentran en máximos históricos de 908 colones (1,33 dólares) en el litro del diésel, de 958 colones (1,40 dólares) en el de gasolina súper y de 933 colones (1,37 dólares) en el de gasolina regular.
Para el mes de junio está planteado un nuevo aumento del 10 % en las gasolinas y de 11 % e el diésel, lo que ha generado ya algunas protestas de ciudadanos que han salido a las calles en los últimos días a exigir un freno a los incrementos.
El pasado domingo el presidente Chaves anunció una serie de medidas para bajar los precios, pero la oposición política las considera insuficientes y exige que el Gobierno acepte rebajar el impuesto al combustible.
El opositor Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) solicitó al Gobierno apoyar un proyecto de ley que pretende rebajar por 12 meses el impuesto al combustible en 25 colones (0,04 dólares) para el litro de gasolina y 50 colones (0,08 dólares) para el de diésel.
La iniciativa “busca un equilibrio razonable para no afectar drásticamente las finanzas públicas y ayudar a los costarricenses a mejorar su economía”, dijo la diputada del PUSC, Daniela Rojas.
Los partidos de oposición también están proponiendo al Gobierno utilizar un préstamo de 200 millones de dólares del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para cubrir el dinero que dejaría de percibir por la disminución del impuesto.
El pasado domingo, el presidente Chaves planteó usar ese crédito para subsidiar las pasajes de autobús, pero lo supeditó a la implementación del pago electrónico en el transporte público.