Dos rancheros de un remoto pueblo del interior de California hacen un descubrimiento tan insólito como escalofriante, el cual cambiará lo cotidiano de sus vidas.
‘Nope‘ (‘¡Nop!’) había generado bastante expectativa en la crítica antes de su estreno. Esto no es para menos, pues en los últimos años el director Jordan Peele se ha alzado como uno de los nuevos referentes del cine contemporáneo, lo cual le ha valido el reconocimiento de la industria. De hecho, no hay que retroceder mucho para dar con ‘Get Out’ (2017), obra con la que consiguió ganar un Premio Oscar a Mejor Guion Original y se comenzó a hacer un nombre.
En esta oportunidad, Peele nos presenta una historia de dos hermanos, OJ (Daniel Kaluuya) y Em Heywood (Keke Palmer), quienes viven en un rancho especializado en la crianza de caballos para su utilización en Hollywood. Tras la muerte misteriosa de su padre, comenzarán a experimentar sucesos inexplicables, lo que tendrá un desenlace enigmático, confuso y hasta aterrador mientras descubren qué ser está detrás de todo y cómo enfrentarlo. Desde el principio, debo advertir que es de esas películas que amas u odias, pero que no te deja indiferente.
Lo destacable
Lo primero que me llamó la atención es que estamos ante una mezcla interesante de géneros. Si bien podría considerarse que, en principio, es un thriller de ciencia ficción, también coquetea con el terror y hasta con el western, sin olvidarse de agregar algunas dosis de comedia. En efecto, si hay algo que Peele ha sabido demostrar antes, es su buena mano para mezclar el suspenso o el terror con la ironía. Es ciencia ficción, pero renovada, ya que no acude a los clichés de siempre para impresionar, sino que subvierte la mirada de lo fantástico. Está allí, es increíble lo que sucede, pero a la vez es cotidiano y hasta banal, en la medida de que la capacidad de asombro en nuestro mundo cada vez es más escasa y existen pocos acontecimientos que nos muevan de verdad, lo cual se puede sentir en los personajes, quienes buscan sacarle provecho a la situación, muy a pesar de lo peligrosa o extraña que esta sea.
Es un western también, ya que el protagonista, OJ, es una especie de cowboy apegado al deber, como lo es en este caso el cuidar de sus caballos, los que significan el legado que le dejó su padre y, prácticamente, su razón de vida. Adicionalmente, se muestran estos parajes hostiles y desérticos que son capturados preciosamente por el lente de Hoyte van Hoytema, el cual juega con los espacios para generar esa sensación de agobio, ya sea en lugares cerrados como en campo abierto. Todo ello está acompañado de un trabajo sonoro fascinante de Michael Abels, lo cual no hace más que sumergirnos profundamente en esta experiencia intrigante, ya sea al escuchar el sonido del viento, los gritos del ente misterioso o simplemente los ecos a la distancia de algunas voces.
Por supuesto, el suspenso no podría quedar de lado. Constantemente, los personajes se sienten asediados por este ser que los persigue y cada señal fuera de lo común parece advertir que nuevamente están bajo la mira de esta especie de depredador. Hay toda una atmósfera creada alrededor de ello, lo que la hace una película incómoda a propósito. Asimismo, el terror se manifiesta en ciertas escenas tan bien logradas que resultan desesperantes. Explora con éxito sobre el miedo a lo desconocido y contiene secuencias memorables, tales como personas siendo digeridas por el ser en mención, o como recorridos del protagonista en la oscuridad donde solo cabe esperarse lo peor. Lo mencionado resulta contagioso y escalofriante, reforzando el clima tenso creado alrededor de la obra y dejando a su paso pasajes difíciles de olvidar.
Lo cuestionable
“Frustrante” es el adjetivo que le han otorgado algunos a este filme. Sucede que puede resultar pesado procesar tantas casualidades y conexiones que uno debe hacer para ir encontrándole el sentido a la trama. Y no es que se vaya poniendo más fácil conforme avanza todo, sino que la confusión aumenta exponencialmente hasta el tercer acto, donde recién parece que comienza a tomar forma la historia y a entenderse algunas referencias propuestas. En ese sentido, estamos ante una obra poco digerible para el espectador común, pues te obliga a estar atento al más milimétrico detalle, y lo peor es que ni aún así puede que se termine entendiendo del todo. Ello puede derivar en una experiencia poco disfrutable para quienes solo buscan un producto ligero con el que relajarse un poco y pasar el rato.
En relación a lo anterior, debo apuntar que es una película bastante autorreferencial, ya que coquetea con los orígenes del cine y hasta hay un director que aparece como un personaje, el cual tiene un final poco feliz para la trama y hasta medio forzado, lo que puede que esté ligado con una crítica a este carácter pretencioso del cine actual. Así como esta temática, aborda otras más, como el respeto a los animales, la crítica a la cultura del espectáculo, el consumismo desenfrenado y la deshumanización irremediable. Son muchas aristas que desbordan por un lado y otro, que comunican muchos mensajes profundos a la vez, pero que -al hacerlo- puede que no terminen de cuajar contundentemente uno, pues logran generar, más que nada, cierta sensación de desconcierto al querer abarcar tanto a la vez.
Respecto a Daniel Kaluuya, su performance es muy estándar y su personaje está hecho para brillar poco, ya que tiene una personalidad estoica y reflexiva. No sentí que destacara, aunque no voy a negar que había momentos en que con solo una palabra sabía quebrar la tensión. Por su parte, Keke Palmer más bien representa a alguien tan exagerado que a veces resultaba insoportable, lo cual tiene un mérito también, pero no sentí que entregara una actuación convincente. En general, creería que la obra está estructurada de tal forma que el protagonismo esté por otra parte, quizás en la enigmática historia -con un final abierto, dicho sea de paso- o en los destacadísimos apartados técnicos antes mencionados.
El veredicto
Recomiendo a esta película para quienes quieran enfrentar una experiencia totalmente fuera de lo común. Es Hollywood, sí, pero no es una de las producciones que se estrenan por montones todas las semanas y pasan desapercibidas. Peele ha conseguido una obra sin una etiqueta clara respecto a géneros, pero con su sello inconfundible que deja huella y da siempre de qué hablar. Es cierto que cuesta llevarle el hilo por su planteamiento tan intricado, pero, pese a ello, tiene un ritmo trepidante que, cuando alcanza su clímax, es intensamente satisfactoria al nivel de querer verla de nuevo para reconectar y comprender mejor el todo. En todo caso, podría decirse que, para algunos, en su dificultad está su belleza, como al domar un corcel; para otros, sin embargo, puede resultar siendo una experiencia imposible, como el carácter del mismo animal. Lo mismo pasa con este filme, si cabe la analogía.
¿Sabías que…?
Daniel Kaluuya fue nominado a Mejor Actor con ‘Get Out’ (2017), cinta que le valió un Premio Oscar como Mejor Guion Original al director Jordan Peele. Ahora, con ‘Nope’, realizan su segundo trabajo juntos. Cabe mencionar que Kaluuya finalmente se hizo del Oscar a Mejor Actor de Reparto con ‘Judas and the Black Messiah’ (2020), dirigida por Shaka King.
Puedes verla en: Cines
Rating: 4/5
Ficha Técnica
- Director: Jordan Peele
- Casting: Daniel Kaluuya, Keke Palmer, Brandon Perea, Steven Yeun, Terry Notary, Donna Mills, Michael Wincott
- Guion: Jordan Peele
- Música: Michael Abels
- Fotografía: Hoyte van Hoytema
- Género: Ciencia ficción | Suspenso
- Duración: 130 minutos
The Review
Nope (2022)
Recomiendo a esta película para quienes quieran enfrentar una experiencia totalmente fuera de lo común. Es Hollywood, sí, pero no es una de las producciones que se estrenan por montones todas las semanas y pasan desapercibidas. Peele ha conseguido una obra sin una etiqueta clara respecto a géneros, pero con su sello inconfundible que deja huella y da siempre de qué hablar. Es cierto que cuesta llevarle el hilo por su planteamiento tan intricado, pero, pese a ello, tiene un ritmo trepidante que, cuando alcanza su clímax, es intensamente satisfactoria al nivel de querer verla de nuevo para reconectar y comprender mejor el todo. En todo caso, podría decirse que, para algunos, en su dificultad está su belleza, como al domar un corcel; para otros, sin embargo, puede resultar siendo una experiencia imposible, como el carácter del mismo animal. Lo mismo pasa con este filme, si cabe la analogía.
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