Tras la muerte del rey T’Challa, la nación de Wakanda tendrá que lidiar con el luto y la guerra para sobrevivir a una nueva amenaza.
‘Black Panther: Wakanda Forever‘ (‘Pantera Negra: Wakanda por siempre‘) es el último estreno del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) y aquel que cierra las producciones cinematográficas de la franquicia en el presente año. Nuevamente, Ryan Coogler está a cargo de la dirección, tal como lo hizo en ‘Black Panther‘ (2018), y tiene el gran reto de continuar con una saga que, sin su protagonista principal, se vio obligada a cambiar de rumbo. Cabe recordar que Chadwick Boseman falleció el 28 de agosto de 2020 a causa de un cáncer de colon que le fue detectado en 2016 y que no logró vencer. Aquello significó un gran golpe para los planes que se tenían en relación a la historia del superhéroe, pues Coogler -quien también es el guionista- tuvo que adaptar la trama que ya tenía pensada ante la tragedia sucedida, una que dejó a la comunidad de fans y a la industria cinematográfica con un gran vacío.
La partida de Boseman, sin embargo, no significó el final para la historia del superhéroe en el UCM. Coogler encontró la manera de reconfigurar el camino que había con este proyecto y se tomó algunas licencias para poder ofrecerle el homenaje y despedida a quien fuera su actor protagónico. De esta manera, la segunda parte se concentra en el duelo existente tras el fallecimiento del actor, al cual decidieron no reemplazar con algún otro y dejaron partir también con su personaje. A causa de su muerte, el pueblo de Wakanda se queda sin su protector, lo que despierta la ambición de otras naciones para tratar de obtener su recurso más deseado: el vibranium. Todo ello ocurre en medio del luto y el desconcierto de no saber quién será el sucesor de Black Panther, así como la duda de cuál será el nuevo rumbo político de esta nación tan poderosa que parece ahora estar vulnerable.
Lo destacable
A Marvel últimamente se le había hecho difícil articular buenas historias y Wakanda Forever representa un logro en ese sentido. La estructura del guion y la premisa es bastante simple y no se marea en giros de tuerca demasiado retorcidos, pero es en esa sencillez que consigue efectividad. Expone sus argumentos desde el principio y se encarga de desarrollarlos de a pocos, no atropelladamente, por lo que, por ejemplo, si presenta algún personaje nuevo, se toma su tiempo para hacerlo y contar bien su origen. De esta forma, se siente que hay un protagonismo compartido por todo el elenco que le da equilibrio a la cinta. Cada personaje tiene su momento para desarrollarse y brillar, lo que generalmente no es desaprovechado, sino que enriquece el entramado con sus conflictos y resoluciones particulares.
Se siente que estamos ante una historia madura, una que sabe abordar los sentimientos de dolor y pérdida desde una perspectiva poco vista en el UCM. Ello convierte al filme en uno muy emocional y capaz de conectar con el espectador fácilmente, pues los pequeños guiños sobre Boseman se sienten orgánicos y no como un mero pretexto para hacer fanservice. Constantemente, se está recordando el legado de T’Challa y su influencia aún después de su muerte. Se siente presente, aunque no lo esté físicamente, pues de eso se trata la trama, de mostrarnos cómo cada personaje afronta este duelo a su manera y cómo ello va marcando sus decisiones.
En cuanto al trasfondo del guion, hay una evidente reivindicación hacia la comunidad afrodescendiente, así como las culturas mesoamericanas. La protagonistas son mujeres negras y lo hacen conjuntamente, aunque alguna destaca más que otra. En especial, lo de Angela Bassett como la reina Ramonda es de lo mejor, pues su personaje posee una carga dramática imponente, una que no se aprecia comúnmente en películas de este género. A su lado, Letitia Wright (Shuri), Danai Gurira (Okoye) y Lupita Nyong’o (Nakia) no están a la misma altura interpretativa, pero sí que se las arreglan para encajar perfectamente en el entramado. No son personajes que pasen desapercibidos, sino que cada una tiene su propio sello y ello le da una personalidad bien marcada al largometraje.
En relación a la culturas mesoamericanas, hay toda una explicación sobre el origen del antagonista y su conexión con la cultura maya. Esto no es spoiler, puesto que ha sido parte de la misma publicidad de la cinta y ha sido un tema que se ha mencionado en varias entrevistas con el elenco. Destaca, por supuesto, la presencia de Tenoch Huerta como Namor, un personaje rico en motivaciones y que no es el típico villano estereotipado de siempre, sino que uno con el cual resulta sencillo empatizar gracias a la complejidad de su construcción. Cabe agregar que Huerta cumple con creces con su interpretación, tanto así que ya se rumorea acerca de proyectos en solitario en los que pueda encarnar nuevamente al rey de Talocan. Gran parte de la crítica ha quedado encantada con su performance y lo mismo ha sucedido con los fans.
Finalmente, el diseño de producción es otro punto alto. El exotismo que busca exponerse a través de los diferentes trajes y vestimentas hacen que las representaciones de cada personaje en la cinta sean muy originales e identificables. De hecho, los diferentes vestuarios demarcan también cada uno de los momentos importantes de la trama, por lo que cobran vital importancia y no son un detalle menor. Adicionalmente a ello, la construcción de los escenarios, ya sea reales como a través de efectos especiales, es meritoria. La espléndida y futurista Wakanda se ve tan bien o mejor que en la primera entrega y el Talocan -la ciudad submarina en la que reina Namor- es tan misteriosa como bella en su presentación. Todo esto conjuga para que, llegado el momento, los enfrentamientos masivos entre ambos ejércitos luzcan espectaculares.
Lo cuestionable
Uno de los principales reclamos a esta obra es que se hace demasiado larga, pues llega casi a las tres horas de duración. Particularmente, no sentí que fuera así, aunque debo admitir que no esperaba el desarrollo de un arco dramático tan acentuado. Una tragedia tras otra sucede y parece llegar a casi un punto telenovelesco, lo cual no es muy frecuente en las películas de este género. Ello puede desorientar un poco al espectador que esperaba más acción que sustancia, pues se mantiene una propuesta reflexiva en casi todo momento. Se barajan temas como el colonialismo, la apropiación cultural y el empoderamiento femenino, algunos que quizás sean muy profundos para quien espera un producto más digerible, uno que entregue más peleas épicas que cuestionamientos sociales. En ese punto que hay quienes señalan que hay un exceso discursivo que sabotea el desarrollo al sermonear mucho, lo que no la hace tan entretenida como la primera parte.
Si tuviera que mencionar un aspecto que no me agradó del todo sería la interpretación de Ironheart por parte de Riri Williams. Cuesta empatizar con su personaje y esto es porque desencaja constantemente con el tono de una cinta que, como se mencionó, tiende más hacia lo dramático. Williams hace recordar a ese espíritu de Marvel que ronda una comicidad hueca con chistes prefabricados cada dos por tres para tratar de ganarse al espectador. No se puede negar que es una fórmula que le ha funcionado muy bien a la franquicia, pero creo que hay formas más inteligentes y novedosas de caracterizar a una adolescente rebelde que solamente a través de frases trilladas. Esto la convierte en el elemento menos profundo de la trama por lejos. Por lo mencionado, muchos no han dudado en apuntar que su aparición resulta más que nada promocional, pues Disney ya anunció que lanzará una serie de ella a través de su plataforma de streaming y necesitaba insertarla a su universo de alguna manera antes de ello.
El veredicto
Recomiendo esta película para quienes gusten de las películas de superhéroes, pero con una profundidad superior al común denominador. Estamos ante un homenaje sentido a la figura de Chadwick Boseman y una cinta que explora muy bien las consecuencias a partir del drama que su ausencia significa. La mayoría del elenco consolida una participación que se condice con la correcta estructuración de una historia que cumple argumentalmente y se toma el tiempo de desarrollar las motivaciones de cada protagonista. Sumado a ello, estéticamente resulta atractiva gracias a su gran diseño de producción, que nos ofrece otra vez lo mejor en cuanto a vestuarios y caracterizaciones, así como escenarios bastante bellos. Finalmente, guarda un gran valor en cuanto no pierde la oportunidad de labrar representación para comunidades que ahora tienen su propia voz en un Black Panther o un Namor, personajes que, pese a ser ficcionales, toman un protagonismo que también puede impactar en nuestra sociedad actual.
¿Sabías que…?
‘Black Panther‘ (2018) consiguió nada menos que siete nominaciones a los Premios Oscar 2019. Mejor Película, Mejor Canción Original, Mejor Banda Sonora, Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Diseño de Producción, Mejor Edición de Sonido y Mejor Mezcla de Sonido fueron las categorías en las que compitió. Logró ganar estatuillas en Mejor Banda Sonora, Mejor Diseño de Vestuario y Mejor Diseño de Producción, lo que significó un gran hito para las películas del género de superhéroes.
Puedes verla en: Cines
Rating: 4/5
Ficha Técnica
- Director: Ryan Coogler
- Casting: Letitia Wright, Angela Bassett, Winston Duke, Danai Gurira, Florence Kasumba, Lupita Nyong’o, Martin Freeman, Tenoch Huerta, Dominique Thorne
- Guion: Ryan Coogler, Joe Robert Cole. Historia: Ryan Coogler
- Música: Ludwig Göransson
- Fotografía: Autumn Durald
- Género: Superhéroes
- Duración: 161 minutos
The Review
Black Panther: Wakanda Forever (2022)
Recomiendo esta película para quienes gusten de las películas de superhéroes, pero con una profundidad superior al común denominador. Estamos ante un homenaje sentido a la figura de Chadwick Boseman y una cinta que explora muy bien las consecuencias a partir del drama que su ausencia significa. La mayoría del elenco consolida una participación que se condice con la correcta estructuración de una historia que cumple argumentalmente y se toma el tiempo de desarrollar las motivaciones de cada protagonista. Sumado a ello, estéticamente resulta atractiva gracias a su gran diseño de producción, que nos ofrece otra vez lo mejor en cuanto a vestuarios y caracterizaciones, así como escenarios bastante bellos. Finalmente, guarda un gran valor en cuanto no pierde la oportunidad de labrar representación para comunidades que ahora tienen su propia voz en un Black Panther o un Namor, personajes que, pese a ser ficcionales, toman un protagonismo que también puede impactar en nuestra sociedad actual.
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