En pequeños grupos, los participantes, sobre todo jóvenes, pero también familias enteras, aprenden a cómo sostener y manejar un arma utilizando réplicas de fusiles kalashnikov de madera.
En un bosque ubicado en las afueras de Kiev, un grupo de civiles ucranianos aprende a cavar refugios en la nieve ante el temor de una invasión por parte de Rusia, que concentró unos 100.000 soldados en la frontera.
“Si Rusia ataca, es muy importante conocer estas técnicas”, resume Artem Kuzmenko, informático de 29 años, que participa en un curso de supervivencia de dos días.
Ucrania, una exrrepública soviética, está acostumbrada a la guerra.
Desde 2014 lucha contra los separatistas prorrusos del este del país en un conflicto que ya dejó más de 13.000 muertes.
Pese a la firma de acuerdos de paz, la violencia nunca cesó por completo en el frente.
Occidente acusa a Rusia de querer invadir Ucrania, acusación que Moscú rechaza.
“En las grandes ciudades, la gente está acostumbrada a que los conflictos tengan lugar lejos”, señala el instructor, Serguéi Vishnevski, vestido con uniforme militar.